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Génesis 18:31 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

31 Entonces Abraham dijo: ―Es atrevimiento mío hablarte así mi Señor, pero permíteme continuar: Supongamos que haya solamente veinte. Y el Señor le contestó: ―No destruiría la ciudad, por amor a los veinte.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

31 Y dijo: He aquí ahora que he emprendido el hablar a mi Señor: quizá se hallarán allí veinte. No la destruiré, respondió, por amor a los veinte.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

31 Entonces Abraham dijo: —Dado que me he atrevido a hablar al Señor, permíteme continuar. ¿Supongamos que hay solamente veinte? El Señor le contestó: —Entonces no la destruiré por causa de esos veinte.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

31 Abrahán insistió: 'Sé que es una osadía por mi parte hablar así a mi Señor; pero, ¿y si se encuentran allí solamente veinte justos?' Yavé contestó: 'No destruiré el lugar, en atención a esos veinte.

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La Biblia Textual 3a Edicion

31 Y dijo: En verdad te ruego, al atreverme a hablar a mi Señor, quizá se hallen allí veinte. Y dijo: No destruiré por causa de los veinte.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

31 Prosiguió: 'Mira: he resuelto insistir todavía ante mi Señor. Quizá se hallen allí veinte'. Respondió: 'Por consideración a los veinte no la destruiría'.

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Génesis 18:31
10 Tagairtí Cros  

Y Abraham volvió a decir: ―Puesto que ya comencé a hablar a mi Señor, te ruego que me escuches, aunque tan solo soy un ser humano.


―No te enojes conmigo, mi Señor —le rogó Abraham—, si digo algo más. ¿Y si hubiera sólo treinta? Y el Señor le contestó: ―No destruiría la ciudad si encontrara en ella treinta justos.


Finalmente, Abraham dijo: ―No te molestes mi Señor; hablaré sólo una vez más. Supongamos que sólo encontraras diez justos. Y el Señor le contestó: ―Entonces, por amor a los diez, no destruiría la ciudad.


Pues si ustedes que son malos saben dar buenas cosas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que se las pidan!


»Pidan y se les concederá lo que pidan. Busquen y hallarán. Toquen y se les abrirá la puerta.


Les digo que se levantará a darle el pan, no por que sea su amigo, sino por su impertinencia, y le dará todo lo que necesite.


Jesús les contó una parábola a sus discípulos para enseñarles que debían orar siempre y sin desanimarse.


Sobre todo, oren a Dios en todo tiempo. Y cuando lo hagan, sean dirigidos por el Espíritu. Manténganse bien despiertos y vigilantes, y no dejen de orar por todo el pueblo santo de Dios.


Acerquémonos, pues, confiadamente al trono del Dios de amor, para encontrar allí misericordia y gracia en el momento en que las necesitemos.


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