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Génesis 12:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

7 El Señor se le apareció allí a Abram y le dijo: «Esta tierra se la voy a dar a tus descendientes». Entonces Abram construyó un altar para adorar al Señor, porque se le había aparecido allí.

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Biblia Reina Valera 1960

7 Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Entonces el Señor se le apareció a Abram y le dijo: «Daré esta tierra a tu descendencia». Y Abram edificó allí un altar y lo dedicó al Señor, quien se le había aparecido.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Yavé se apareció a Abram y le dijo: 'Le daré esta tierra a tu descendencia. A consecuencia de esto, Abram edificó un altar a Yavé que se le había aparecido.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Y apareció YHVH a Abram, y dijo: A tu descendencia daré esta tierra.° Entonces edificó allí un altar a YHVH, que se le había aparecido.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Se apareció Yahveh a Abrán, y le dijo: 'A tu posteridad daré yo esta tierra'. Y Abrán edificó allí un altar a Yahveh que se le había aparecido.

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Génesis 12:7
55 Tagairtí Cros  

Después, Abram salió de aquel lugar y viajó hacia el sur, a la región montañosa que queda entre Betel por el oeste y Hai por el este. Allí estableció su campamento e hizo un altar al Señor, e invocó su nombre.


Ahora, pues, levántate y recorre toda esa región, a lo largo y a lo ancho, porque te la voy a regalar».


Así que Abram se fue a vivir junto al bosque de encinas de Mamré, que queda cerca de Hebrón. Allí construyó un altar para el Señor.


En ese mismo lugar Abram había construido un altar para invocar el nombre del Señor.


Ese día el Señor hizo un pacto con Abram, y le dijo: ―A tus descendientes les voy a dar toda la tierra que va desde el río de Egipto hasta el gran río, es decir, el río Éufrates.


Cuando Abram tenía noventa y nueve años, el Señor se le apareció y le dijo: ―Yo soy el Dios Todopoderoso. Vive siempre de acuerdo con mi voluntad y haz lo correcto,


Entonces Abram se inclinó hasta tocar el suelo con su frente. Dios, por su parte, continuó diciéndole:


A ti y a tus descendientes les regalaré para siempre toda la tierra de Canaán, es decir, la tierra en que estás viviendo ahora. Y yo seré su Dios.


El Señor se le apareció a Abraham junto al bosque de encinas de Mamré. Ese día Abraham estaba sentado a la entrada de su carpa, a la hora más caliente del día.


Cuando llegaron al lugar que Dios le había indicado, Abraham edificó un altar y colocó la leña. Luego ató a su hijo Isaac y lo puso en el altar, sobre la leña.


Porque el Señor, Dios del cielo, que me ordenó dejar mi tierra y mi familia, y prometió darme esta tierra como propiedad para mí y mis descendientes, enviará a su ángel delante de ti y hará que encuentres allí una doncella para que sea la esposa de mi hijo.


Entonces Isaac construyó un altar y adoró al Señor. Allí se estableció, y sus siervos abrieron un pozo.


Vive en este país, y yo estaré contigo y te bendeciré, porque toda esta tierra te la daré a ti y a todos tus descendientes, tal como le prometí a Abraham, tu padre.


En el sueño también vio que el Señor estaba parado junto a él y le decía: «Yo soy el Señor, el Dios de tu abuelo Abraham y de tu padre Isaac. A ti y a tus descendientes les voy a dar esta tierra en la que estás acostado.


Que Dios te dé a ti, y también a tu descendencia, las grandes bendiciones prometidas a Abraham. Que te dé la posesión de esta tierra en que ahora somos extranjeros, porque Dios se la prometió a Abraham.


A aquel lugar Jacob le puso Peniel (rostro de Dios), porque dijo: «Vi a Dios cara a cara y me dejó con vida».


Allí edificó un altar y lo llamó El Elohé Israel (Dios es el Dios de Israel).


A ti te entregaré la tierra que les di a Abraham y a Isaac. Y después de ti se la daré a tu descendencia».


Jacob erigió allí un altar y llamó a ese lugar El Betel (Dios de Betel), porque fue en Betel donde Dios se le apareció mientras huía de Esaú.


Y dijo José a sus hermanos: «Muy pronto moriré. Pero Dios ciertamente vendrá y los sacará de la tierra de Egipto, para hacerlos regresar a la tierra que él prometió a la descendencia de Abraham, Isaac, y Jacob».


Después Noé construyó un altar para adorar al Señor. En ese altar Noé le ofreció a Dios animales y aves adecuados para el sacrificio, es decir, que eran puros.


Allí David edificó un altar al Señor y ofreció holocaustos y ofrendas de paz. Y el Señor respondió a su oración, y la plaga se detuvo.


y usó las piedras para reedificar el altar del Señor. Luego cavó una zanja donde cabían unos doce litros de agua.


recuerden su pacto con Abraham, y del juramento que le hizo a Isaac,


“Te daré la tierra de Canaán como tu herencia”.


Ahora mira qué pago nos dan. Han venido a arrojarnos de tu tierra, de la tierra que nos has dado.


Dios nuestro, ¿no sacaste tú a los paganos de esta tierra cuando tu pueblo llegó? ¿No entregaste esta tierra para siempre a los descendientes de tu amigo Abraham?


Entonces Jesúa hijo de Josadac, junto con sus parientes, que eran sacerdotes, y Zorobabel hijo de Salatiel y su clan, comenzaron a construir el altar del Dios de Israel. Lo hicieron para poder ofrecer holocaustos, conforme a las leyes de Moisés, el siervo de Dios.


Moisés edificó allí un altar, y lo llamó «El Señor-Nisí», que significa «El Señor es mi bandera», y exclamó: «¡Tomen la bandera del Señor en la mano! ¡El Señor estará en guerra con Amalec de generación en generación!».


Moisés escribió todo lo que el Señor le dijo. Al día siguiente, Moisés se levantó muy temprano y construyó un altar al pie del monte, con doce columnas alrededor, pues doce eran las tribus de Israel.


Recuerda lo que le prometiste a tus siervos Abraham, Isaac e Israel cuando juraste por ti mismo: “Yo multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y les daré toda la tierra que he prometido a tus descendientes, y la heredarán para siempre”.


El Señor le dijo a Moisés: «Lleva a este pueblo que sacaste de Egipto a la tierra que prometí a Abraham, a Isaac y a Jacob, porque yo les prometí que les daría esta tierra a sus descendientes.


Con ellos establecí un pacto solemne en el que les prometí que les daría a ellos y a sus descendientes la tierra de Canaán, que era el lugar donde vivían como extranjeros.


En aquel tiempo los pueblos de Judá e Israel volverán juntos de su cautiverio desde el norte a la tierra que yo di a sus antepasados como herencia para siempre.


que dividiera la tierra entre las tribus, en proporción a la población de cada una, en la forma indicada por el censo:


y juró que de los que habían salido de Egipto, ninguno que tuviera más de veinte años entraría en la Tierra que había prometido a Abraham, Isaac y Jacob, porque se habían negado a hacer la voluntad del Señor.


Pero no le concedió que poseyera en ella ni el más mínimo pedazo de terreno. En cambio, le prometió que él y sus descendientes poseerían todo aquel país: ¡Y Abraham no tenía hijos!


Esto quiere decir que no todos los hijos de Abraham son hijos de Dios. Solo se les considera verdaderos hijos, a los que lo son en cumplimiento de la promesa de Dios.


De la misma manera, Dios les hizo promesas a Abraham y a su descendencia. Noten ustedes que no dice que las promesas eran para los descendientes de Abraham, como si fueran muchos; sino que dice «para su descendencia»; pues bien, esa descendencia es Cristo.


Ustedes, hermanos, al igual que Isaac, son los hijos que Dios prometió.


Yo se la doy a ustedes. Entren y poséanla, porque es la tierra que el Señor prometió a sus antepasados Abraham, Isaac y Jacob, y a todos sus descendientes”.


Ama al Señor tu Dios, obedécele y aférrate a él, porque él es vida para ti y prolongación de tus días. Así podrás vivir con seguridad en la tierra que el Señor prometió a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob».


Es la Tierra prometida. Yo prometí a Abraham, Isaac y Jacob que la daría por heredad a sus descendientes. Te he permitido verla, pero no entrarás en ella».


»Cuando el Señor tu Dios te haya introducido en la tierra que les prometió a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob; y cuando te haya dado ciudades grandes y hermosas que no edificaste, repletas de todo tipo de bienes con pozos que no cavaste, viñedos y olivares que no plantaste; y cuando hayas comido hasta saciarte;


El Señor los expulsará de la tierra no por tu bondad o rectitud, sino debido a la impiedad de las otras naciones, y para cumplir la promesa que hizo a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob.


Todos ellos murieron sin haber recibido las cosas prometidas. Pero las vieron a lo lejos y reconocieron que ellos mismos eran extranjeros y sólo estaban de paso en la tierra.


Por la fe, Abraham, cuando fue llamado para ir al lugar que iba a recibir como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba.


»Esfuérzate y sé valiente, porque tú dirigirás a este pueblo con éxito y conquistarán toda la tierra que prometí a sus antepasados.


Antes de cruzar, estando aún en Canaán, construyeron un gran monumento para que todos lo vieran. Este monumento tenía la forma de un gran altar.


Luego Josué construyó un altar al Señor Dios de Israel en el monte Ebal


Gedeón edificó allí un altar y lo llamó El Señor es la paz. El altar está en Ofra, en la tierra de los abiezeritas.


Luego regresaba a Ramá; porque allí vivía y allí juzgaba a Israel. Y edificó un altar al Señor en Ramá.


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