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Génesis 10:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

5 Estos se fueron a vivir en las islas y costas, y fundaron naciones en diversos lugares, con sus propios idiomas.

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Biblia Reina Valera 1960

5 De estos se poblaron las costas, cada cual según su lengua, conforme a sus familias en sus naciones.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Los descendientes de ellos llegaron a ser los pueblos marineros que se dispersaron por diversas tierras, cada uno identificado por su propio idioma, clan e identidad nacional.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Estos se dispersaron y poblaron las islas de las naciones y sus diversas regiones, cada cual según su propia lengua, familia y nación.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 De estos se esparcieron los pueblos de las costas, cada uno en sus territorios, según su lengua, por sus familias en sus naciones.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 A partir de éstos se poblaron las islas de las gentes en diferentes países, cada uno con su lengua propia, según sus respectivos linajes y naciones.

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Génesis 10:5
26 Tagairtí Cros  

Estos fueron, pues, los descendientes de Cam. Se hallaban dispersos en muchas tierras y naciones y hablaban muchas lenguas.


Éber tuvo dos hijos: El primero se llamó Péleg, porque fue durante su vida que la gente del mundo se dividió. El otro hijo de Éber fue Joctán.


En resumen, todos estas son las familias que descienden de Noé, según sus pueblos y naciones. Después del diluvio, todas estas familias se esparcieron por todas partes y formaron las naciones que hay en el mundo.


Los hijos de Javán fueron: Elisá, Tarsis, Quitín y Rodanín.


Los hijos de Cam fueron: Cus, Misrayin, Fut y Canaán.


De estos tres hijos de Noé proceden todas las naciones de la tierra.


El rey Asuero no sólo impuso tributo a los países que estaban sobre tierra firme, sino también a los que quedaban sobre las islas del mar.


Los reyes de Tarsis y de las costas remotas, le darán tributo. Los reyes de Sabá y Seba, todos traerán sus obsequios.


En aquel tiempo el Señor hará volver por segunda vez a los pocos que permanecieron fieles de entre su pueblo, trayéndolos a Israel desde Asiria, el Alto y el Bajo Egipto, Etiopía, Elam, Babilonia, Jamat y todas las lejanas tierras costeras.


y los del oriente les responderán con alabanzas. Escúchenlos cantarle al Señor desde los puntos más alejados de la tierra, cantando la gloria del Justo. Pero yo tengo el corazón abrumado de dolor, porque aún prevalecen por todas partes la maldad y la traición.


No, porque comparados con él, los pueblos del mundo nada son, son apenas una gota en el mar o polvo en la balanza. Él levanta las islas como si no pesaran nada.


Las tierras de ultramar observan aterrorizadas y esperan noticias de las nuevas campañas de Ciro. Naciones remotas tiemblan y se movilizan para la guerra.


Entonen un canto nuevo al Señor; entonen sus alabanzas, todos los que habitan en los más remotos rincones de la tierra. ¡Canta, oh mar! ¡Canten todos los que moran en tierras distantes de ultramar!


y no se dará por satisfecho hasta que la verdad y la justicia prevalezcan en toda la tierra, y hasta que las lejanas tierras de ultramar hayan puesto en él su confianza.


Escúchenme, todos los habitantes de lejanas tierras: El Señor me llamó antes de mi nacimiento, desde el vientre de mi madre me llamó por mi nombre.


Mi justicia vendrá pronto, mi salvación está en camino. Yo gobernaré a las naciones, ellas me esperarán y anhelarán mi venida.


Pagará a sus enemigos por sus maldades, con furia para sus enemigos de tierras lejanas.


He reservado los navíos de muchos países, los mejores de ellos, para traer a los habitantes de Jerusalén de lejanas tierras, y a sus riquezas con ellos. Porque el Señor, el Santo de Israel, renombrado en todo el mundo, los ha enaltecido a los ojos de todos.


Miren en torno y vean si pueden encontrar otra nación en cualquier parte del mundo que haya cambiado sus antiguos dioses por otros nuevos, aunque sus dioses nada sean. Envíen a occidente, a la isla de Chipre; envíen al oriente, a los desiertos de Cedar; vean si hay allí alguien que jamás haya oído algo tan extraño. ¡Sólo mi pueblo ha renunciado a su glorioso Dios a cambio de ídolos ridículos!


a los reyes de Tiro y de Sidón; a los reyes de las regiones que están al otro lado del mar;


»El país entero temblará con tu caída; los heridos gritarán en medio del estruendo de la matanza.


¡Cómo temblarán las islas ante tu caída! ¡Todos observan espantados lo que te ha sucedido!”.


Después atacará a las ciudades que están en la costa, y conquistará muchas de ellas. Pero un general, de otra tierra, pondrá fin a su arrogancia y lo hará quedar en ridículo.


El Señor les hará cosas terribles. Destruirá todos los dioses de las potencias extranjeras, y luego todos los habitantes de la tierra, hasta los que viven muy lejos, rendirán homenaje al Señor, cada uno en su propio país.


Cuando Dios dividió el mundo entre las naciones, según el número de los hijos de Israel.


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