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Filipenses 4:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

1 Por eso, queridos hermanos míos, a los que amo y extraño mucho, a ustedes que son mi alegría y mi corona les digo que se mantengan firmes en el Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Por lo tanto, mis amados hermanos, manténganse fieles al Señor. Los amo y anhelo verlos, mis queridos amigos, porque ustedes son mi alegría y la corona que recibo por mi trabajo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Por eso, hermanos míos, a quienes tanto quiero y echo de menos, que son mi alegría y mi corona, sigan así firmes en el Señor, amadísimos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Así que, hermanos míos amados y ardientemente deseados, gozo y corona mía, manteneos así firmes en el Señor, amados míos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Así, pues, hermanos míos queridos y añorados, gozo y corona mía, permaneced así firmes en el Señor, queridos.

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Filipenses 4:1
35 Tagairtí Cros  

Llevaré esta acusación como una corona.


Quienes confían en el Señor son firmes como el monte Sion, que jamás será conmovido, que permanecerá para siempre.


Espera al Señor; él acudirá. Sé valiente, resuelto y animoso. Sí; espera, y él te ayudará.


El mundo entero los va a odiar a ustedes por causa de mí, pero el que se mantenga fiel hasta el fin será salvo.


Entonces Jesús les dijo a los judíos que creyeron en él: ―Si ustedes se mantienen obedientes a mis enseñanzas, serán de verdad mis discípulos.


Cuando él llegó y vio las maravillas que Dios estaba haciendo, lleno de alegría alentó a los creyentes a permanecer fieles al Señor.


donde fortalecieron a los discípulos y los animaron a seguir firmes en la fe. Les decían que era necesario que entraran al reino de Dios después de pasar por muchas tribulaciones.


que se congregaban regularmente para escuchar las enseñanzas de los apóstoles, tener comunión unos con otros, compartir el pan y orar.


Dará la vida eterna a quienes con paciencia hacen el bien y buscan gloria, honra y vida eterna;


Por eso, amados hermanos míos, estén firmes y constantes; trabajen siempre para la obra del Señor, conscientes de que nada de lo que hagamos para el Señor será en vano.


Estén alertas; sean fieles al Señor. Pórtense con valor y sean fuertes.


como ya han entendido, que pueden estar orgullosos de nosotros, de la misma manera que nosotros estaremos orgullosos de ustedes el día en que nuestro Señor Jesús regrese.


¡Cristo nos libertó para que vivamos en libertad! ¡Cuiden esa libertad y no se dejen someter de nuevo al yugo de la esclavitud!


Pase lo que pase, vivan de manera digna, de acuerdo con el evangelio de Cristo, porque ya sea que vaya a verlos o que, estando ausente, sólo reciba noticias de ustedes, sabré que siguen firmes y unidos, luchando juntos por la fe del evangelio.


Dios sabe lo mucho que los quiero a todos con el tierno amor que nos da Cristo Jesús.


No se aparten nunca de la palabra de vida. De esa manera, cuando Cristo vuelva me sentiré satisfecho de no haber corrido ni trabajado en vano.


Él los extraña mucho a ustedes. Está preocupado porque ustedes se enteraron de que estaba enfermo.


Epafras, que es paisano de ustedes y siervo de Jesucristo, los saluda. Siempre ora fervientemente por ustedes para que Dios los ayude a mantenerse firmes, ser maduros y continuar dedicados a cumplir la voluntad de Dios.


Le rogamos a Dios que fortalezca sus corazones, y que, cuando nuestro Señor Jesús venga con todos sus santos, ustedes vivan en santidad y nadie pueda acusarlos de nada delante de nuestro Dios y Padre.


Con esto en mente, hermanos, permanezcan aferrados firmemente a la verdad que les hemos enseñado en nuestras cartas y durante el tiempo que pasamos con ustedes.


Por eso, tú, Timoteo, hijo mío, aprópiate de la fuerza que Jesucristo da por su amor.


Sigamos firmes en la esperanza que profesamos, porque él cumplirá la promesa que nos hizo.


pues hemos llegado a tener parte con Cristo, si somos fieles hasta el fin, tal como confiamos en Cristo al principio.


En Jesús, el Hijo de Dios, tenemos un gran sumo sacerdote que subió al mismo cielo. Por eso, debemos seguir confiando en él.


Así que ustedes, amados hermanos, puesto que ya están apercibidos, manténganse alerta, no sea que se dejen confundir y desviar por esos perversos individuos, y pierdan su firmeza y caigan.


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