33 Moisés salió de la presencia del faraón, y ya fuera de la ciudad levantó las manos hacia el Señor. Al instante, los truenos y el granizo se detuvieron, y cesó la lluvia.
33 Y salido Moisés de la presencia de Faraón, fuera de la ciudad, extendió sus manos a Jehová, y cesaron los truenos y el granizo, y la lluvia no cayó más sobre la tierra.
33 Entonces Moisés se fue del palacio del faraón y salió de la ciudad. Cuando elevó sus manos al Señor, los truenos y el granizo cesaron, y se detuvo la lluvia.
33 En cuanto Moisés entró en la ciudad, volviendo de la casa de Faraón, alzó sus brazos hacia Yavé; y cesaron los truenos y el granizo y no cayó más lluvia sobre la tierra.
33 Luego salió Moisés de junto a Faraón, fuera de la ciudad y extendió sus palmas hacia YHVH, y cesaron los truenos y el granizo, y la lluvia no se derramó más sobre la tierra.
33 Luego de salir Moisés de casa del Faraón y de la ciudad, extendió las manos hacia Yahveh, cesaron los truenos y el granizo y no cayó más lluvia sobre la tierra.
Mientras todo el pueblo observaba, Salomón se paró delante del altar del Señor con las manos extendidas hacia el cielo y dijo: «Señor, Dios de Israel, no hay Dios como tú en el cielo ni en la tierra, porque tú eres amoroso y misericordioso, y guardas las promesas hechas a tu pueblo, si hace tu voluntad.
―Muy bien —respondió Moisés—. Tan pronto como yo haya salido de la ciudad, levantaré las manos hacia el Señor, y los truenos y el granizo se detendrán. Esto te probará que el Señor reina en la tierra.