Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Éxodo 9:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

12 Pero el Señor endureció el corazón del faraón, quien persistió en su soberbia y se negó a oír, tal como ya el Señor lo había advertido.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

12 Pero Jehová endureció el corazón de Faraón, y no los oyó, como Jehová lo había dicho a Moisés.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Pero el Señor endureció el corazón del faraón, y tal como el Señor había dicho a Moisés, el faraón se negó a escuchar.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Pero Yavé mantuvo a Faraón en su ceguera, y éste no quiso escuchar a Moisés y a Aarón, tal como él lo había advertido.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

12 Pero YHVH endureció el corazón de Faraón y no los escuchó, según YHVH había predicho a Moisés.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Endureció Yahveh el corazón del Faraón y éste no los escuchó, tal y como lo había predicho Yahveh a Moisés.

Féach an chaibidil Cóip




Éxodo 9:12
13 Tagairtí Cros  

El Señor le dijo a Moisés: «Vuelve a hablar con el faraón. Pero yo lo he endurecido a él y a sus funcionarios, a fin de hacer nuevos milagros y demostrar mi poder.


Pero el Señor endureció el corazón del faraón, y este no dejó salir al pueblo.


Por eso, aunque Moisés y Aarón hicieron estos milagros delante del faraón, el Señor le endureció el corazón para que no dejara salir al pueblo.


Lo hizo porque el Señor le había endurecido el corazón. Así que salió en persecución de Israel, el cual marchaba firme y confiado en la victoria.


Y el Señor le dijo: ―Cuando hayas regresado a Egipto tienes que hacer delante del faraón los milagros que te mostré. Sin embargo, yo haré que el faraón se niegue a dejar salir al pueblo.


Aun así el faraón no los oirá; por lo que traeré sobre Egipto un desastre final de grandes proporciones, y luego sacaré a mi pueblo de esta tierra.


El faraón envió a ver si era cierto que los animales de los israelitas no morían, pero aunque comprobó que así era, permaneció firme, y no dejó salir al pueblo.


«Les ha cegado los ojos y les endureció el corazón, para que no puedan ver con los ojos, ni entiendan con el corazón ni se conviertan; y yo los sane».


Como ven, Dios se apiada de quien él quiere, y endurece a quien él quiere endurecer.


El Señor puso en los enemigos el deseo de pelear contra Israel en lugar de pedir la paz. Por eso los mataron sin misericordia, como el Señor se lo había ordenado a Moisés.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí