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Éxodo 19:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

5 Ahora, pues, si oyen mi voz y guardan mi pacto, serán mi principal tesoro entre todas las naciones de la tierra, porque toda la tierra es mía.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Ahora bien, si me obedecen y cumplen mi pacto, ustedes serán mi tesoro especial entre todas las naciones de la tierra; porque toda la tierra me pertenece.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Ahora, pues, si ustedes me escuchan atentamente y respetan mi alianza, los tendré por mi propio pueblo entre todos los pueblos. Pues el mundo es todo mío,

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Ahora pues, si de veras escucháis mi voz y guardáis mi pacto, entonces vosotros seréis objeto de mi predilección° entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Ahora bien, si de veras escucháis mi voz y guardáis mi alianza, seréis propiedad mía particular entre todos los pueblos, porque toda la tierra me pertenece.

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Éxodo 19:5
54 Tagairtí Cros  

Además Dios dijo a Abraham: ―A través de todos los tiempos, tú y tus descendientes deberán obedecer este pacto: todos los varones que haya en tu pueblo deberán ser circuncidados.


porque cuando tú sacaste a nuestros padres de la tierra de Egipto, dijiste a tu siervo Moisés que habías escogido a Israel, de entre todas las naciones de la tierra, para que fuera tu pueblo especial».


Has declarado que tu pueblo Israel te pertenece para siempre, y has llegado a ser su Dios.


A nadie soy deudor. Cuanto hay bajo el cielo me pertenece.


¿Te suplicará que lo dejes en paz, o con zalamerías procurará aplacarte?


Porque el Señor ha elegido a Jacob como su propiedad, a Israel como su posesión.


A Dios pertenece la tierra. Suyo es cuanto ser habita en el mundo.


Tú, Señor, guías con gran amor y fidelidad a quienes guardan tu pacto y obedecen tus decretos.


Les dijo: «Yo soy el Señor su Dios. Si ustedes prestan atención a mi voz, y me obedecen y hacen lo que es bueno, no los dejaré sufrir las enfermedades que envié sobre los egipcios, porque yo soy el Señor que les da la salud».


Si le obedecen cuidadosamente y siguen todas sus instrucciones, yo seré enemigo de sus enemigos.


Después leyó al pueblo el libro que había escrito, el Libro del Pacto, que contenía todas las órdenes y leyes de Dios. Y el pueblo dijo nuevamente: ―Solemnemente prometemos obedecer todas las leyes del Señor.


y le dijo: ―Señor, si es cierto que cuento con tu favor, te ruego que vayas con nosotros a la Tierra prometida. Sí, el pueblo es rebelde y soberbio, pero perdona nuestros pecados y acéptanos como pueblo tuyo.


Yo los aceptaré como pueblo mío, y seré el Dios de ellos. Y ellos sabrán que yo soy el Señor su Dios, que los he rescatado de los egipcios.


Pero que en la tierra de Gosén, donde viven los israelitas, no habrá tábanos. Que de este modo sabrá que yo soy el Señor, Dios de toda la tierra.


―Muy bien —respondió Moisés—. Tan pronto como yo haya salido de la ciudad, levantaré las manos hacia el Señor, y los truenos y el granizo se detendrán. Esto te probará que el Señor reina en la tierra.


Pero en cuanto a mi viña, tú, Salomón, quédate con las mil piezas de plata y yo les daré doscientas a los que la cuidan.


Si me dejan ayudarlos, que me puedan obedecer, yo los enriqueceré.


¡Pero tú, oh Israel, eres mío, mi pueblo elegido, porque eres la descendencia de Abraham, y él fue amigo mío!


Ahora, oh Israel, el Señor, quien te creó, dice: ¡No temas, pues yo te rescaté, yo te llamé por tu nombre, eres mío!


Esto digo a los eunucos que respetan mis días de reposo, me son fieles y me obedecen:


¡Qué diferente es el Dios de Jacob, él es el Creador de todo, e Israel es su nación elegida. Señor de los ejércitos es su nombre.


Como el cinturón se ciñe a la cintura de una persona, hice que Judá e Israel se ciñeran a mí, con la idea de que fueran mi orgullo, lo más valioso para mí, dice el Señor. Eran mi pueblo, quienes le daban fama a mi nombre. Pero se desviaron.


Lo que les dije fue: ¡Sigan mis instrucciones y yo seré su Dios y ustedes serán mi pueblo; basta que hagan lo que les indico y todo les saldrá bien!


»Más tarde, cuando yo pasé y te vi de nuevo, ya tenías edad como para casarte, y yo tendí sobre ti mi manto como es la costumbre para declarar legalmente mi voto de matrimonio. Firmé un convenio contigo y llegaste a ser mía.


Yo he prometido darles a ustedes la tierra de ellos. Se la daré para que la posean. Es una tierra de la que fluye leche y miel. »Yo soy el Señor, que hago distinción entre ustedes y las otras naciones.


«De todos los pueblos de la tierra, los he escogido a ustedes solamente. Es por eso que debo castigarlos mucho más fuerte que a los demás a causa de todas las maldades cometidas por ustedes».


¡Cuánto van a sufrir aquellos que viven tan tranquilos en Jerusalén! ¡Cuánto van a sufrir aquéllos que viven tan seguros en Samaria! ¡Cuánto van a sufrir aquellos que se creen los más importantes del país, a quienes acuden los israelitas en busca de ayuda!


«Ellos serán para mí como el tesoro más precioso. En el día del juicio los perdonaré, así como el padre perdona al hijo que le respeta y honra.


Porque la tierra y cuanto en ella hay pertenecen al Señor.


Pero si alguien les advierte de que aquella carne fue sacrificada a los ídolos, no la coman por el bien del que lo dijo, y por motivos de conciencia.


La tierra y los altos cielos pertenecen al Señor tu Dios.


Tendrán bendición si obedecen los mandamientos del Señor su Dios que les estoy dando en este día,


Ustedes pertenecen exclusivamente al Señor su Dios, y él los ha elegido para que sean su posesión única entre las demás naciones de la tierra.


»No comerás lo que ha muerto de muerte natural. Sin embargo el extranjero puede hacerlo. Puedes dárselo y vendérselo; pero no comas tú de ello, porque tú eres santo delante del Señor tu Dios. »No cocerás el cabrito en la leche de su madre.


El Señor ha declarado en este día que tú eres su pueblo de la manera que él lo prometió y que debes obedecer sus leyes,


y que si lo haces, él te exaltará sobre todas las demás naciones, haciendo que recibas el honor, el elogio y la fama. Pero para alcanzar ese honor y fama debes ser un pueblo santo consagrado al Señor tu Dios, de la manera que él lo pide».


»Si obedeces completamente todas estas ordenanzas del Señor tu Dios, las leyes que te estoy dando en este día, el Señor te convertirá en la nación más grande del mundo.


Él te transformará en un pueblo santo, consagrado a él. Esto es lo que ha prometido hacer contigo si le obedeces y andas en sus caminos.


El Señor los ha rescatado de Egipto (tan destructor como un horno) para que sean su pueblo escogido, su heredad. Esto es lo que ustedes son hoy.


»El Señor nuestro Dios hizo un pacto con ustedes en el monte Horeb, no con sus antepasados, sino con ustedes que están aquí vivos hoy día.


Porque eres una nación santa, consagrada al Señor tu Dios. Él te ha elegido de entre todos los pueblos de la tierra para ser su pueblo escogido.


Ellos son tu pueblo, y la herencia que tú trajiste de Egipto con tu gran poder y con tu brazo poderoso”.


Él se entregó a la muerte por nosotros para poder rescatarnos de todas nuestras iniquidades y convertirnos en un pueblo que fuera suyo, dedicado a hacer el bien.


Por la fe, Abraham, cuando fue llamado para ir al lugar que iba a recibir como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba.


No será como el pacto que hice con sus antepasados el día en que de la mano los saqué de Egipto, pues porque ellos no cumplieron con mi pacto, yo los abandoné, —dice el Señor—.


Y el pueblo de Israel respondió a Josué: ―Serviremos al Señor nuestro Dios y obedeceremos su voz.


Pero ustedes son una familia escogida, son sacerdotes reales y son una nación santa. Son un pueblo que Dios compró para que anuncien sus obras extraordinarias; él fue quien los llamó de las tinieblas a su luz maravillosa.


Samuel respondió: ―¿Se complace el Señor tanto en los holocaustos y sacrificios como en que se obedezcan sus palabras? La obediencia es mucho mejor que los sacrificios. Él prefiere que le obedezcas a que le ofrezcas la gordura de los carneros.


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