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Éxodo 14:25 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

25 Las ruedas de sus carros de guerra se atascaron, de modo que avanzaban muy lentamente. Entonces los egipcios gritaron: «¡Salgamos de aquí, porque el Señor está peleando por ellos contra nosotros!».

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Biblia Reina Valera 1960

25 y quitó las ruedas de sus carros, y los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de delante de Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Torció las ruedas de los carros para que les resultara difícil manejarlos. «¡Salgamos de aquí, alejémonos de los israelitas! —gritaban los egipcios—. ¡El Señor está luchando por ellos en contra de Egipto!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Atascó las ruedas de sus carros, que no podían avanzar sino con gran dificultad. Entonces los egipcios dijeron: 'Huyamos de Israel, porque Yavé pelea con ellos contra nosotros.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 torciendo las ruedas de sus carros, de modo que los conducían con dificultad, por lo que los egipcios dijeron: ¡Huyamos de delante de Israel, porque YHVH pelea por ellos contra los egipcios!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Atascó las ruedas de sus carros, de modo que avanzaran muy lentamente. Dijéronse entonces los egipcios: 'Huyamos ante Israel porque Yahveh pelea por ellos contra Egipto'.

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Éxodo 14:25
26 Tagairtí Cros  

Y como había ocurrido anteriormente, cuando los reinos cercanos oyeron que el Señor mismo había peleado contra los enemigos de Israel, el miedo a Dios los sobrecogió.


Luego, al considerar la situación, convoqué a todos los jefes y al pueblo y les dije: «No tengan miedo: Recuerden que el Señor es grande y poderoso. ¡Peleen por sus amigos, por sus familias y por sus hogares!».


Cuando nuestros enemigos y las naciones circundantes supieron que habíamos acabado, se asustaron y se sintieron humillados, pues comprendieron que la obra había sido hecha con la ayuda de nuestro Dios.


Tú dividiste el mar, para que tu pueblo pudiera pasarlo por tierra seca, y luego destruiste a tus enemigos en las profundidades del mar. ¡Se hundieron como piedras bajo las impetuosas aguas!


Pero los malvados no hallarán escapatoria: su única esperanza está en la muerte».


será perseguido y derribado.


Porque Dios lo acosará sin misericordia. Él ansía escapar de Dios.


Señor, defiéndeme de los que me atacan; combate a los que me combaten.


las guerras por todo el mundo; rompe y quema todas las armas!


Los reyes enemigos y sus tropas huyen; mientras las mujeres de Israel se reparten el botín.


Cuando tú, Dios de Jacob, los reprendiste, caballos y jinetes quedaron inmóviles.


El Señor peleará por ustedes, de modo que ustedes no tendrán que levantar ni un solo dedo».


¡Todo Egipto sabrá que yo soy el Señor!».


Y una vez más endureceré el corazón del faraón, y él los perseguirá. Lo hago así para mostrarle mi poder al faraón y a todo su ejército. Entonces todos los egipcios sabrán que yo soy el Señor». Los israelitas acamparon donde el Señor les había dicho.


El Señor es un guerrero. Sí, su nombre es el Señor.


Pero el Señor me ha dicho esto: Cuando un león, aunque sea cachorro, mata una oveja, no se cuida de los gritos y ruidos del pastor, devora sin detenerse. De igual manera vendrá el Señor y combatirá sobre el monte Sion. ¡No habrá quien lo amedrente! El Señor Todopoderoso se cernirá sobre Jerusalén como ave que revolotea en torno a su nido. Descenderá a la ciudad y la librará.


Valiéndome de ti aplastaré ejércitos; acabaré con el caballo y su jinete, con el carro de guerra y quien lo conduce.


En castigo por eso prenderé fuego a las murallas de Rabá que consumirá también todos sus palacios. Habrá entonces gritos salvajes en medio de la batalla y parecerá todo como un torbellino en una fuerte tormenta.


En aquel día serán como un hombre que al huir de un león, se topa de frente con un oso; o como un hombre que en una habitación oscura se apoya en una pared y lo muerde una víbora.


Vi al Señor parado al lado del altar del templo de Jerusalén, y dijo: «Destrocen los capiteles de las columnas y sacudan el templo hasta que las columnas se desmoronen y el techo se desplome sobre la gente. Si alguno queda vivo en esa ocasión, entonces haré que muera en la guerra. ¡Ninguno logrará escapar con vida!


El Señor nuestro Dios irá delante, y peleará por ustedes como lo hizo en Egipto.


No temas a los pueblos que allí viven, porque el Señor tu Dios peleará por ti”.


Pero la roca de otras naciones no es como nuestra Roca. Aun sus enemigos lo reconocen.


Nunca había ocurrido antes ni jamás ha vuelto a ocurrir, que el Señor haya detenido el sol y la luna en respuesta a la voz de un hombre. El Señor estaba peleando por Israel.


El Señor hizo que el pánico cundiera entre el enemigo, tanto entre los soldados como en los que conducían los carros, y Sísara saltó de su carro y escapó corriendo.


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