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Ester 9:14 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

14 El rey le concedió la petición. El decreto fue promulgado en Susa, y colgaron los cadáveres de los diez hijos de Amán.

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Biblia Reina Valera 1960

14 Y mandó el rey que se hiciese así. Se dio la orden en Susa, y colgaron a los diez hijos de Amán.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 El rey estuvo de acuerdo, y el decreto se hizo público en Susa. Atravesaron los cuerpos de los diez hijos de Amán.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 El rey decidió que se hiciera así. Se publicó en Susa un decreto, y colgaron a los diez hijos de Amán.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Y el rey ordenó que se hiciera así. La ley se promulgó en Susa, y colgaron a los diez hijos de Amán.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Mandó el rey que se hiciera así; se promulgó el edicto en Susa; y los diez hijos de Amán fueron colgados de la horca.

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Ester 9:14
9 Tagairtí Cros  

Decreto que todos los judíos de mi reino, incluyendo a sacerdotes y levitas, pueden regresar contigo a Jerusalén, si así lo desean.


Así que colgaron a Amán en la misma horca que había preparado para Mardoqueo, y así se apaciguó la ira del rey.


Entonces Jarboná, otro de los hombres de confianza del rey, dijo: ―Su Majestad, Amán ordenó construir, en el patio de su casa, una horca de veintidós metros y medio de alto para colgar a Mardoqueo, el hombre que salvó al rey de ser asesinado. ―¡Cuelguen a Amán en ella! —ordenó el rey.


Y Ester dijo: ―Si Su Majestad está de acuerdo, le pido que permita que los judíos que están en Susa hagan mañana nuevamente lo que han hecho hoy, y ordene que los diez hijos de Amán sean colgados en horcas.


Entonces los judíos de Susa se reunieron también el día catorce del mes de Adar, y dieron muerte a otros trescientos hombres, pero no se apoderaron de sus propiedades.


Los malvados perecen, y allí acaba todo para ellos; pero los hijos de los justos siguen firmes.


Si un hombre tiene cien hijos y otras tantas hijas y vive hasta muy anciano, pero al morir deja tan poco dinero que no le alcanza a sus hijos ni para enterrarlo decentemente, yo digo que mejor hubiera nacido muerto.


Entonces Balán miró hacia las tiendas del pueblo de Amalec y profetizó: «Amalec fue la primera de las naciones, pero al fin perecerá para siempre».


Cristo nos redimió de la maldición de la ley, tomando sobre sí mismo la maldición por amor a nosotros. Porque dicen las Escrituras que es «maldito el que es colgado en un madero».


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