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Esdras 7:27 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

27 «Bendito sea el Señor, Dios de nuestros antepasados, que colocó en el corazón del rey el deseo de embellecer el templo del Señor en Jerusalén.

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Biblia Reina Valera 1960

27 Bendito Jehová Dios de nuestros padres, que puso tal cosa en el corazón del rey, para honrar la casa de Jehová que está en Jerusalén,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

27 ¡Alaben al Señor, Dios de nuestros antepasados, que hizo que el rey deseara embellecer el templo del Señor en Jerusalén!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

27 Bendito sea Yavé el Dios de nuestros padres, quien puso en el corazón del rey esa decisión de glorificar el Templo de Yavé que está en Jerusalén.

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La Biblia Textual 3a Edicion

27 ¡Bendito° sea YHVH, Dios de nuestros padres, que puso tales cosas en el corazón del rey, para embellecer la Casa de YHVH que está en Jerusalem,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

27 ¡Bendito sea Yahveh, Dios de nuestros padres, que dispuso así el corazón del rey para glorificar el templo de Yahveh que está en Jerusalén,

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Esdras 7:27
16 Tagairtí Cros  

Y otra carta para Asaf, administrador de los bosques del rey, para que me dé madera para reparar las puertas de la fortaleza que está junto al templo, para las murallas de la ciudad, y para mi propia casa. El rey me concedió todas estas peticiones, porque Dios me estaba prestando su benigna ayuda.


Entonces mi Dios puso en mí el sentir de convocar a los jefes de la ciudad, juntamente con los del común del pueblo para censarlos. Yo había encontrado los registros genealógicos de los que habían regresado a Judá antes, y esto es lo que estaba escrito en ellos:


―Muy bien —le dijo Moisés—. Solamente dime cuándo quieres que ore al Señor por ti, por tus funcionarios y por todo el pueblo. Al hacerlo, las ranas se irán de sus casas, y sólo estarán en el río.


El corazón del rey es como un río en las manos del Señor, él lo dirige adonde él quiere.


De Jerusalén será la gloria del Líbano —los bosques de abetos, pinos y bojes— para embellecer mi santuario, el lugar donde he puesto mi trono.


Ama tanto a nuestra nación que nos construyó una sinagoga.


Doy gracias a Dios porque ha dado a Tito el mismo interés sincero en ustedes que tengo yo.


Me alegro mucho en el Señor de que al fin se han vuelto a interesar en mí. Por supuesto que tenían interés, sólo que no habían tenido la oportunidad de demostrarlo.


«Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, —dice el Señor: Pondré mis leyes en su corazón y las escribiré en su mente».


Por eso, este es el pacto que haré con el pueblo de Israel después de aquellos días, —dice el Señor—: Escribiré mis leyes en su mente y en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.


De lo alto nos viene todo lo bueno y perfecto. Allí es donde está el Padre que creó todos los astros del cielo, y que no cambia como las sombras.


Entonces Dios les hará concebir un plan con el que se cumplirán los propósitos divinos: por acuerdo mutuo entregarán a la bestia la autoridad que poseen para gobernar, hasta que se cumplan las palabras de Dios.


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