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Esdras 7:15 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

15 También te comisionamos para que lleves contigo a Jerusalén la plata y el oro que te hemos entregado como una ofrenda al Dios de Israel.

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Biblia Reina Valera 1960

15 y a llevar la plata y el oro que el rey y sus consejeros voluntariamente ofrecen al Dios de Israel, cuya morada está en Jerusalén,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 También te encargamos que lleves contigo plata y oro, los cuales presentamos como una ofrenda voluntaria al Dios de Israel, quien vive en Jerusalén.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Tú llevarás el oro y la plata que el rey y sus consejeros ofrecen con mucho agrado al Dios de Israel que mora en Jerusalén.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 y llevar la plata y el oro que el rey y sus consejeros han ofrecido voluntariamente al Dios de Israel, cuyo Tabernáculo está en Jerusalem,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 y para llevar la plata y el oro que el rey y sus consejeros han ofrecido voluntariamente al Dios de Israel, cuya morada está en Jerusalén,

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Esdras 7:15
20 Tagairtí Cros  

Entonces los dirigentes de clanes, los jefes de tribus, los oficiales del ejército y los funcionarios administrativos del rey hicieron entrega de ciento sesenta y cinco mil kilos y diez mil monedas de oro, trescientos treinta mil kilos de plata, seiscientos mil kilos de bronce y tres millones trescientos mil kilos de hierro.


Sin embargo, ¿quién podrá alguna vez edificarle un templo tan grande, si ni los más altos cielos poseen suficiente grandeza para contenerlo? Y, ¿quién soy yo para que se me permita edificar un templo para Dios? Pero va a ser un lugar para adorarlo.


De allí en adelante, el rey Ezequías fue inmensamente respetado entre las naciones vecinas, y llegaban a Jerusalén muchas ofrendas para el Señor, y valiosos regalos para Ezequías.


¡pero yo he hecho un templo para ti, Señor, para que vivas en él para siempre!».


Los cautivos que decidieron quedarse en Persia les dieron de todo: plata, oro, enseres, ganado y artículos valiosos; además de las ofrendas para el templo.


El Dios que ha escogido la ciudad de Jerusalén destruirá a cualquier nación que altere este mandamiento y destruya este templo. Yo, Darío, he promulgado este decreto. Por lo tanto, debe cumplirse con toda diligencia.


Tendrá tres hileras de piedra en los cimientos y una hilera de madera nueva. Todos los gastos los pagará el rey.


Yo y mis siete consejeros ordenamos que vayas a Judá y Jerusalén, para ver si se está obedeciendo la ley de Dios, la cual llevas contigo.


Luego, en presencia de ellos, pesé la plata, el oro y los utensilios sagrados que habían sido donados para el templo de Dios por el rey, sus consejeros y sus jefes, y por todos los israelitas allí presentes.


Desde Sion sea bendito el Señor, el que habita en Jerusalén. ¡Aleluya! ¡Alabado sea su nombre!


Señor, amo tu santuario en donde mora tu gloria.


Los reyes de Tarsis y de las costas remotas, le darán tributo. Los reyes de Sabá y Seba, todos traerán sus obsequios.


Hagan votos al Señor su Dios y cúmplanlos. Traiga cada uno su presente al Dios maravilloso,


En Salén se halla su santuario, en Sion está su morada.


Canten salmos al Señor, el rey de Sion, cuéntenle al mundo sus hechos inolvidables.


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