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Esdras 6:8 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

8 Aún más, decreto que ustedes deben pagar, sin tardanza, todos los gastos de construcción, tomando el dinero de los impuestos recolectados en su territorio.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Y por mí es dada orden de lo que habéis de hacer con esos ancianos de los judíos, para reedificar esa casa de Dios; que de la hacienda del rey, que tiene del tributo del otro lado del río, sean dados puntualmente a esos varones los gastos, para que no cese la obra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 »Además, por la presente, decreto que ustedes tendrán que ayudar a esos ancianos de los judíos mientras reconstruyan el templo de Dios. Ustedes tienen que pagar el costo total de la obra, sin demora, con los impuestos que se recaudan en la provincia situada al occidente del río Éufrates, a fin de que la construcción no se interrumpa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Estas son mis órdenes para esa reconstrucción del Templo de Dios que hacen los ancianos de los judíos: Ustedes cubrirán los gastos de esos hombres escrupulosa y regularmente con la parte de los impuestos de la provincia que deben al tesoro real.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Y por mí es dada orden de lo que habéis de hacer con esos ancianos judíos para la construcción de esa Casa de Dios: Que del erario del rey, aun de los tributos de Más Allá del Río, sean pagados puntualmente los gastos a esos hombres, para que no se detengan.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Ésta es la orden que doy acerca de lo que habéis de hacer con esos ancianos de los judíos respecto a la reconstrucción de ese templo de Dios: a cargo del erario real, es decir, de los impuestos de la Transeufratina, se pagarán diligentemente los gastos de esos hombres sin interrupción.

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Esdras 6:8
15 Tagairtí Cros  

Queremos que usted sepa que si esta ciudad es reconstruida y se reedifican sus muros, bien puede olvidarse de la parte de su imperio de este lado del Éufrates, pues la habrá perdido.


Cuando Rejún, Simsay y sus compañeros leyeron esta carta del rey Artajerjes fueron a Jerusalén y obligaron a los judíos a detener la construcción.


Pero como Dios protegía a los jefes del pueblo judío, los enemigos les permitieron continuar los trabajos hasta que llegara la respuesta del rey Darío, a quien se le consultaría sobre el asunto.


Así que los jefes de los judíos continuaron su trabajo y terminaron la reconstrucción, de acuerdo con la palabra de Dios dada por medio de los profetas Hageo y Zacarías hijo de Idó. Gracias al mandato de Dios y a los decretos de Ciro, Darío y Artajerjes, reyes de Persia, los judíos pudieron terminar la reconstrucción.


Tendrá tres hileras de piedra en los cimientos y una hilera de madera nueva. Todos los gastos los pagará el rey.


y dejen que el gobernador de Judá y los jefes de Judá sigan reconstruyendo este templo en el mismo lugar donde estaba antes.


Además, cada día, deberán darles becerros, carneros, y corderos para los holocaustos al Dios del cielo. También les darán trigo, vino, sal, aceite de oliva y todo cuanto los sacerdotes les soliciten.


Yo y mis siete consejeros ordenamos que vayas a Judá y Jerusalén, para ver si se está obedeciendo la ley de Dios, la cual llevas contigo.


Y otra carta para Asaf, administrador de los bosques del rey, para que me dé madera para reparar las puertas de la fortaleza que está junto al templo, para las murallas de la ciudad, y para mi propia casa. El rey me concedió todas estas peticiones, porque Dios me estaba prestando su benigna ayuda.


Ordeno que en todo mi reino todos teman y tiemblen ante el Dios de Daniel. Pues su Dios es el Dios vivo, que no cambia, cuyo reino jamás será destruido y cuyo poder jamás se acabará.


El futuro esplendor de este templo será mayor que el del primero, porque tengo abundancia de plata y de oro para hacerlo. En realidad, todas las riquezas del mundo me pertenecen. Y será este el lugar desde donde estableceré mi paz y seguridad. Lo digo yo, el Señor Todopoderoso».


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