5 Además ofrecieron los sacrificios continuos que se requerían para los días de reposo, los de la celebración de la luna nueva, y los de las otras fiestas en honor del Señor, que debían celebrarse una vez al año. Asimismo ofrecieron las ofrendas voluntarias que llevaba el pueblo.
5 además de esto, el holocausto continuo, las nuevas lunas, y todas las fiestas solemnes de Jehová, y todo sacrificio espontáneo, toda ofrenda voluntaria a Jehová.
5 También ofrecieron las ofrendas quemadas habituales y las ofrendas requeridas para las celebraciones de luna nueva y los festivales anuales, tal como lo había establecido el Señor. La gente también entregó ofrendas voluntarias al Señor.
5 Luego, además del holocausto perpetuo, se ofrecieron los que estaban previstos para los sábados, las lunas nuevas y todas las fiestas en honor de Yavé; se ofrecieron también los holocaustos que cada uno con toda libertad quería ofrecer a Yavé.
5 Y después de esto, el holocausto continuo, las lunas nuevas, y de todos los tiempos señalados consagrados a YHVH, y cada uno presentaba una ofrenda voluntaria a YHVH.
5 Además de éstos, ofrecieron el holocausto perpetuo, el de los novilunios, el de todas las solemnidades consagradas a Yahveh y los de todos los que presentaban a Yahveh ofrendas voluntarias.
Coré hijo de Imná, el levita, que era portero en la puerta oriental, quedó a cargo de la distribución de las ofrendas para los sacerdotes. Sus fieles ayudantes fueron: Edén, Minjamín, Jesúa, Semaías, Amarías y Secanías. Ellos distribuían las ofrendas a los clanes de los sacerdotes en sus ciudades, y las repartían a jóvenes y ancianos por igual.
Así que, desde el primer día del séptimo mes, comenzaron a ofrecer holocaustos al Señor. Para esa fecha aún no se habían echado los cimientos del templo.
Luego echamos suertes para determinar los turnos en que las familias de los sacerdotes, los levitas y el pueblo en general debían traer la leña para los holocaustos del templo del Señor nuestro Dios, que estaba estipulado en la ley.
y le ordenó que le diera las siguientes instrucciones al pueblo de Israel: «Cuando presenten una ofrenda animal al Señor, deberán traer un animal de ganado vacuno o lanar.
»Si el animal que se ofrece en holocausto es de ganado vacuno, entonces deberá ser un macho sin defecto. Llevarán el animal hasta la entrada del santuario, donde los sacerdotes aceptarán su ofrenda para el Señor.
que les dijera a los israelitas: «Las siguientes son las fiestas solemnes que yo he establecido, las cuales deberán celebrar en mi honor de una manera muy especial. En tales ocasiones todos deberán reunirse para adorarme. Yo, el Señor, las establecí.
Con cada sacrificio se ofrecerá también una libación de dos litros de vino por cada becerro, un litro y medio por cada carnero y un litro por cada cordero. Esta, pues, será la ofrenda encendida que se presentará cada mes a través de todo el año.
También se ofrecerán como ofrenda especial: dos becerros, un carnero y siete corderos de un año. Se le presentarán al Señor como ofrenda quemada de olor agradable.
La ofrenda especial que presentarán ese día será de olor muy grato delante del Señor y consistirá en trece becerros, dos carneros y catorce corderos de un año, todos sin defecto y quemados en su totalidad.
Ofrecerán un sacrificio consistente en un becerro, un carnero y siete corderos de un año, todos sin defecto. Estos son sacrificios que el Señor aprecia y en los que se goza.
Estas ofrendas son obligatorias con ocasión de las festividades anuales, y se ofrecen además de los sacrificios y ofrendas que presentan ustedes en conexión con votos, o como ofrendas voluntarias, las ofrendas que deben quemarse en su totalidad, ofrendas vegetales, libaciones u ofrendas pacíficas».
En ese día ofrecerán un holocausto, es decir, una ofrenda quemada al Señor que será muy grato para él. Consistirá de un becerro, un carnero y siete corderos, todos sin defecto,
»Sin embargo, no podrás comer en tu casa las ofrendas ni el diezmo de tus cosechas de grano, de tu vino o de tu aceite, ni las primicias de tus rebaños o de tus vacas, ni ninguna cosa que hayas dedicado al Señor; ni tus ofrendas voluntarias, ni las ofrendas que haya de presentarse al Señor meciéndolas delante de su altar.
Allí llevarás al Señor tus holocaustos y los demás sacrificios: los diezmos, las ofrendas presentadas con devoción delante del altar, el pago de tus votos, las ofrendas voluntarias y las primicias de tus rebaños y del ganado.