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Esdras 1:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

5 Entonces el Señor puso en los dirigentes de las tribus de Judá y de Benjamín, y de los sacerdotes y levitas, un gran deseo de regresar a Jerusalén, para reedificar el templo.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Entonces se levantaron los jefes de las casas paternas de Judá y de Benjamín, y los sacerdotes y levitas, todos aquellos cuyo espíritu despertó Dios para subir a edificar la casa de Jehová, la cual está en Jerusalén.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Luego Dios movió el corazón de los sacerdotes, de los levitas y de los jefes de las tribus de Judá y de Benjamín, para que fueran a Jerusalén a reconstruir el templo del Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Entonces se pusieron en camino los jefes de familia de Judá y de Benjamín, los sacerdotes y los levitas, y todos aquellos a los que Dios había abierto el espíritu para ir a reconstruir el Templo de Yavé en Jerusalén.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Entonces se levantaron los cabezas de familia de Judá y Benjamín, los sacerdotes y los levitas, todos aquellos cuyo espíritu había despertado Ha-’Elohim para que subieran a reconstruir la Casa de YHVH que está en Jerusalem.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Entonces, los cabezas de familia de Judá y de Benjamín, los sacerdotes y los levitas, y todos aquellos cuyo ánimo había despertado Dios, se mostraron dispuestos a subir, para reconstruir el templo de Yahveh en Jerusalén.

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Esdras 1:5
11 Tagairtí Cros  

Pero en el primer año del reinado de Ciro, rey de Persia, el Señor hizo que el rey promulgara un decreto, tanto de forma oral como por escrito, permitiendo que los cautivos de Judá pudieran regresar a su tierra. De esa manera el Señor cumplió lo que había dicho por medio del profeta Jeremías. Este decreto, que se dio a conocer en todo el imperio persa, decía:


Durante el primer año del reinado del rey Ciro, de Persia, el Señor hizo que el rey promulgara un decreto, tanto de forma oral como por escrito, permitiendo que los cautivos de Judá pudieran regresar a su tierra. De esa manera el Señor cumplió lo que había dicho por medio del profeta Jeremías. Este decreto, que se dio a conocer en todo el imperio persa, decía:


«Yo, Ciro, rey de Persia, declaro que el Señor, Dios del cielo, me dio este imperio y ha puesto sobre mí la responsabilidad de edificarle un templo en Jerusalén, en la tierra de Judá.


Los judíos que no vayan deberán proporcionar vestido, transporte y provisiones para el viaje de quienes sí decidan ir; así como una ofrenda voluntaria para el templo de Dios que está en Jerusalén».


El hombre propone y Dios dispone.


Fue así como el Señor animó a Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judá, al jefe de los sacerdotes Josué, hijo de Josadac, y al resto del pueblo para que comenzaran a trabajar en la reconstrucción del templo de su Dios, el Señor Todopoderoso.


Doy gracias a Dios porque ha dado a Tito el mismo interés sincero en ustedes que tengo yo.


porque es Dios el que les da a ustedes el deseo de cumplir su voluntad y de que la lleven a cabo.


Amado, no imites los malos ejemplos. Imita sólo lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; el que hace el mal no ha visto a Dios.


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