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Esdras 1:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

3 Todos los judíos del reino pueden ahora volver a Jerusalén, para reedificar el templo del Señor, que es el Dios de Israel y de Jerusalén. Que su bendición esté sobre ustedes.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Quien haya entre vosotros de su pueblo, sea Dios con él, y suba a Jerusalén que está en Judá, y edifique la casa a Jehová Dios de Israel (él es el Dios), la cual está en Jerusalén.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Cualquiera que pertenezca a su pueblo puede ir a Jerusalén de Judá para reconstruir el templo del Señor, Dios de Israel, quien vive en Jerusalén, ¡y que su Dios esté con ustedes!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Dios esté con los que pertenecen a su pueblo y que subirán a Jerusalén de Judá para reconstruir el Templo de Yavé Dios de Israel, el Dios que está en Jerusalén.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Quien de entre vosotros pertenezca a su pueblo, sea su Dios con él y suba a Jerusalem, que está en Judá, y construya la Casa de YHVH, el Dios de Israel, que es Ha-’Elohim, el cual está en Jerusalem.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Quien de vosotros pertenezca a su pueblo, ¡que Dios sea con él! Suba, pues, a Jerusalén, para reedificar el templo de Yahveh, Dios de Israel, el Dios que está en Jerusalén.

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Esdras 1:3
20 Tagairtí Cros  

Y cuando los que estaban allí vieron esto, se inclinaron con sus rostros en tierra, gritando: ―¡El Señor es Dios! ¡El Señor es Dios!


Sé enérgico y valiente y pon manos a la obra —añadió—. No te amedrentes por lo grande de la tarea, porque el Señor mi Dios está contigo, y no te abandonará, y él hará que cada detalle sea llevado a feliz término.


Los judíos que no vayan deberán proporcionar vestido, transporte y provisiones para el viaje de quienes sí decidan ir; así como una ofrenda voluntaria para el templo de Dios que está en Jerusalén».


Pero Zorobabel, Jesúa y los demás jefes judíos les respondieron: ―No, ustedes no pueden tener parte en este trabajo. El templo del Dios de Israel debe ser edificado exclusivamente por los israelitas, porque así lo ha ordenado el rey Ciro, de Persia.


»Ellos insisten en que el rey Ciro, de Babilonia, durante el primer año de su reinado, emitió un decreto en el cual autorizaba reconstruirlo.


Entonces Tatenay, gobernador de la región al occidente del Éufrates, y Setar Bosnay y sus compañeros, fueron a Jerusalén y preguntaron: «¿Quién les dio permiso para reedificar este templo y restaurar las murallas?».


y dejen que el gobernador de Judá y los jefes de Judá sigan reconstruyendo este templo en el mismo lugar donde estaba antes.


Porque el Señor ha escogido a Sion; él decidió que ahí será su hogar:


Que sepan que tú eres el Señor, que ese es tu nombre; que sepan que sólo tú eres el Altísimo sobre toda la tierra.


«¡Oh Señor Todopoderoso, Dios de Israel, entronizado por encima de los querubines, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra! Tú solo hiciste el cielo y la tierra. Escucha mi súplica, mírame orar. Mira esta carta del rey Senaquerib, pues él se ha burlado del Dios viviente.


Cuando respecto a Ciro digo: «Él es a quien he escogido como pastor», indefectiblemente hará él lo que yo diga. Y Jerusalén será reconstruida y restaurado su templo, porque yo lo he dicho.


Yo soy el Señor, y no hay otro Dios. Ya te fortaleceré y te enviaré a la victoria aunque no me conozcas,


¡Pero el Señor es el único Dios verdadero, el Dios que está vivo y da vida, el Rey siempre poderoso! ¡Es tan poderoso que toda la tierra tiembla cuando él se enoja, el mundo prefiere esconderse cuando sabe que está enojado!


El rey le dijo a Daniel: «Tu Dios es el Dios de los dioses, el Rey de los reyes, el Revelador de misterios, porque él te ha descubierto este secreto».


Ordeno que en todo mi reino todos teman y tiemblen ante el Dios de Daniel. Pues su Dios es el Dios vivo, que no cambia, cuyo reino jamás será destruido y cuyo poder jamás se acabará.


y enséñenles a obedecer los mandamientos que les he dado. De una cosa podrán estar seguros: Estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.


Estoy seguro de que ya ustedes habrán oído hablar de las buenas noticias que recibió el pueblo de Israel sobre la paz con Dios, que se puede obtener mediante Jesús el Mesías, Señor de todos. Este mensaje empezó en Galilea y ha estado resonando en Judea desde que Juan el Bautista comenzó a predicar el bautismo.


Pero la roca de otras naciones no es como nuestra Roca. Aun sus enemigos lo reconocen.


Sí, esfuérzate y sé valiente, no temas ni desmayes, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas».


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