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Eclesiastés 8:15 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

15 Entonces resolví dedicar la vida a divertirme, pues pensé que no había en el mundo nada mejor que comer, beber y alegrarse, con la esperanza de que esta felicidad permanecería en medio del duro trabajo que Dios asigna a la humanidad en todas partes.

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Biblia Reina Valera 1960

15 Por tanto, alabé yo la alegría; que no tiene el hombre bien debajo del sol, sino que coma y beba y se alegre; y que esto le quede de su trabajo los días de su vida que Dios le concede debajo del sol.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Entonces sugiero que se diviertan, ya que en este mundo no hay nada mejor para la gente que comer, beber y disfrutar de la vida. De ese modo, tendrán algo de felicidad junto con todo el arduo trabajo que Dios les da bajo el sol.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 ¡Viva la alegría!, pues la única felicidad para el hombre bajo el sol es comer y beber y regocijarse: esto le toca por su trabajo a lo largo de los contados días que Dios le concedió vivir bajo el sol.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Por tanto, alabo el placer, porque no hay cosa mejor para el hombre debajo del sol que comer y beber y estar alegre, y que esto le quede de sus afanes los días de su vida que Ha-’Elohim le concede debajo del sol.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Y alabo la alegría, porque no hay otra dicha para el hombre bajo el sol que comer, beber y gozar: es lo que le queda de su esfuerzo durante los días de vida que Dios le concede bajo el sol.

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Eclesiastés 8:15
11 Tagairtí Cros  

Sin embargo, día tras día derrama el Señor sobre mí su constante amor; y por la noche entono sus cánticos y elevo oración al Dios que me da vida.


Me dije entonces: «¡Anda, alégrate; sáciate de gozo!». Pero descubrí que esto también era vano.


Tomaba para mí cuanto se me antojaba, y no me privaba de ningún goce. Hasta en el trabajo arduo hallé placer. Este gusto fue en verdad la única recompensa de todas mis faenas.


No hay nada mejor para el hombre y la mujer que disfrutar de su comida, su bebida y su trabajo. Entonces reconocí que aun este placer, procede de Dios. Porque, sin él, ¿quién puede comer o tener gozo? Porque Dios da sabiduría, conocimientos y gozo a quien es de su agrado; pero si un pecador se enriquece, Dios le quita la riqueza y se la entrega a quienes le agradan. Y también esto es absurdo, ¡es correr tras el viento!


Así que, después de mucho pensarlo, resolví probar los placeres de la embriaguez, procurando aún encontrar la sabiduría. Luego volví a cambiar de rumbo y emprendí el camino de la frivolidad para experimentar la única felicidad que en toda su vida conoce la mayoría de la gente.


Comprendí entonces que no hay para los hombres nada mejor que ser felices en su trabajo, porque para eso están aquí, y nadie puede volverlos a la vida para que disfruten lo que haya de existir en el futuro; por tanto, que lo disfruten ahora.


Es esto lo que he visto de bueno: corresponde al ser humano comer bien, beber su buen vaso de vino, aceptar su puesto en la vida y disfrutar de su trabajo sea cual sea su empleo, por el tiempo de vida que el Señor le conceda.


Di a los ricos de este mundo que no sean orgullosos y que no depositen sus esperanzas en las efímeras riquezas sino en Dios, que siempre nos proporciona todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.


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