Eclesiastés 4:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 20081 Luego observé opresión y tristeza por toda la tierra: lloraban los oprimidos y nadie les ayudaba, mientras sus opresores contaban con poderosos aliados. Féach an chaibidilTuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 19601 Me volví y vi todas las violencias que se hacen debajo del sol; y he aquí las lágrimas de los oprimidos, sin tener quien los consuele; y la fuerza estaba en la mano de sus opresores, y para ellos no había consolador. Féach an chaibidilBiblia Nueva Traducción Viviente1 Además, observé toda la opresión que sucede bajo el sol. Vi las lágrimas de los oprimidos, y no había nadie para consolarlos. Los opresores tienen mucho poder y sus víctimas son indefensas. Féach an chaibidilBiblia Católica (Latinoamericana)1 Pensé además en todos los abusos que se cometen bajo el sol. Vi las lágrimas de los oprimidos, y no hay nadie que los consuele; sufren la violencia de sus opresores, y no hay nadie que venga en su ayuda. Féach an chaibidilLa Biblia Textual 3a Edicion1 Me volví y vi todas las opresiones que se cometen debajo del sol, y he aquí las lágrimas de los oprimidos sin nadie que los consolara, y del lado de sus opresores la fuerza bruta, sin nadie que los consolara. Féach an chaibidilBiblia Serafín de Ausejo 19751 He visto además todos los abusos que se cometen bajo el sol: el llanto de los oprimidos sin que nadie los consuele, la violencia de los opresores sin que nadie reclame venganza. Féach an chaibidil |
Si en cualquier parte del país ves que un rico oprime al pobre haciendo abortar la justicia, no te sorprendas. Pues cada subalterno recibe órdenes de más arriba, y los más altos oficiales tienen la mirada puesta en sus jefes. Así es que la cuestión se hace una maraña de papeleo y burocracia. Y por sobre todos está el rey.
He meditado profundamente en todo lo que ocurre en este mundo, en que los individuos tienen el poder de perjudicarse los unos a los otros. He visto los funerales de los malvados, y cuando sus amigos regresaban del cementerio, olvidadas todas las maldades del difunto, se le alababa en la misma ciudad en donde había cometido sus múltiples fechorías. ¡Qué absurdo!
Les he presentado la historia del pueblo de Dios. Mi pueblo es la viña de la que les he hablado. Israel y Judá son su agradable parcela. Dios esperaba que le produjeran cosecha de justicia, pero halló que sólo cometieron hechos sangrientos. Esperaba que actuaran con rectitud, pero a sus oídos llegaron sólo gritos de opresión.
«Dentro de poco tiempo vendré y los juzgaré. Testificaré prontamente contra los hechiceros, contra los adúlteros, contra los mentirosos, contra los que roban a sus jornaleros, contra los que oprimen a las viudas y a los huérfanos, y contra los que son injustos con los extranjeros, sin tener temor de mí. Lo digo yo, el Señor Todopoderoso.