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Daniel 9:23 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

23 En cuanto empezaste a orar, Dios te respondió. Yo estoy aquí para contarte lo que era, pues Dios te ama mucho. ¡Escucha, y trata de comprender el significado de la visión que tuviste!

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Biblia Reina Valera 1960

23 Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, la orden, y entiende la visión.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 En cuanto comenzaste a orar, se dio una orden y ahora estoy aquí para decírtela, porque eres muy precioso para Dios. Presta mucha atención, para que puedas entender el significado de la visión.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Al principio de tu oración salió una palabra y he venido para dártela a conocer porque eres amado de Dios. Aplica tu espíritu a esa palabra y comprende la visión.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres varón muy amado. Presta pues atención a la palabra y entiende la visión:

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Al comenzar tus súplicas, se dio una orden y he venido a comunicártela, porque eres un hombre apreciado. Fija tu atención en esta orden y comprende la visión.

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Daniel 9:23
12 Tagairtí Cros  

Entonces el profeta Isaías hijo de Amoz envió este mensaje a Ezequías: «El Señor, Dios de Israel dice que ha escuchado tu petición acerca de Senaquerib, rey de Asiria.


El Señor detesta las ofrendas de los malvados, pero se deleita en las oraciones del justo.


Soy de mi amado; ¡su pasión lo atrae hacia mí!


Si Noé, Daniel y Job estuvieran hoy aquí, sólo ellos serían salvados debido su forma de vivir justa, pero yo destruiría el resto de Israel, dice el Señor Dios.


«Hombre mortal, voy a quitarte tu hermosa esposa. Repentinamente ella morirá. Sin embargo, no debes mostrar ningún dolor. No llores; no le guardes luto.


Entonces saquearán todas tus riquezas y mercaderías y derribarán tus murallas. Destruirán tus hermosas casas y botarán tus piedras y maderas, y aun el polvo, en el mar.


En el tercer año del reinado de Ciro, el rey de Persia, Daniel, también llamado Beltsasar, tuvo otra visión. Tenía que ver con lo que de verdad pasaría en el futuro, acerca de la guerra, y esta vez él entendió lo que la visión significaba.


“Dios te ama muchísimo”, me dijo. “No temas. ¡Cálmate y sé fuerte, sí, ten ánimo!”. »De repente, mientras decía estas palabras, yo me sentí más fuerte y le dije: “Ahora puede seguir adelante y hablar, señor, pues me ha fortalecido”.


Pronto Daniel se destacó entre los otros superintendentes y gobernadores debido a sus grandes cualidades, y el rey pensó en colocarlo a él al frente de todos los asuntos del gobierno.


»Por lo tanto, cuando vean que aparece en el Lugar Santo la desoladora impureza de que habla el profeta Daniel (¡preste atención el lector!),


El ángel entró donde ella estaba y le dijo: ―¡Te saludo, a ti que has recibido la bendición de Dios! El Señor está contigo.


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