Daniel 2:35 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 200835 Entonces toda la estatua se desplomó en una pila de hierro, arcilla, bronce, plata y oro; sus pedazos se hicieron polvo, y el viento se los llevó. Pero la piedra que había derribado la estatua llegó a ser una gran montaña, tan grande que cubrió toda la tierra. Féach an chaibidilTuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 196035 Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra. Féach an chaibidilBiblia Nueva Traducción Viviente35 La estatua quedó reducida a pequeños trozos de hierro, barro, bronce, plata y oro. Luego el viento se los llevó sin dejar rastro alguno, como la paja cuando se trilla el grano. Sin embargo, la roca que derrumbó la estatua se convirtió en una gran montaña que cubrió toda la tierra. Féach an chaibidilBiblia Católica (Latinoamericana)35 Y en aquel mismo instante se hicieron trizas el hierro, la arcilla, el bronce, la plata y el oro; el viento se los llevó sin dejar huella como se lleva la paja del trigo en la era durante el verano. Y la piedra que había golpeado a la estatua se convirtió en una gran montaña que abarcó toda la tierra. Féach an chaibidilLa Biblia Textual 3a Edicion35 Entonces fueron desmenuzados juntamente el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, que el viento arrebata sin que de ellos quede rastro alguno. Pero la piedra que golpeó a la imagen vino a ser un gran monte que llenó toda la tierra. Féach an chaibidilBiblia Serafín de Ausejo 197535 Entonces se desmenuzaron también el hierro, la arcilla, el bronce, la plata y el oro, y quedaron como tamo de las eras en verano. El viento se los llevó sin dejar rastro alguno; mas la piedra que chocó contra la estatua se convirtió en una gran montaña que llenó toda la tierra. Féach an chaibidil |
Por mucho que hagan Siria e Israel, enemigos nuestros, no triunfarán; serán despedazados. Escúchenme ustedes, todos nuestros enemigos: Alístense para hacernos la guerra, y perecerán. ¡Sí, perecerán! Reúnan sus consejos de guerra, desarrollen su estrategia, preparen planes de ataque contra nosotros, ¡y perezcan! porque Dios está con nosotros.