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Apocalipsis 9:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

2 Al abrirlo, un humo negro como de un horno gigantesco se elevó y oscureció el sol y el aire.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Cuando lo abrió, salió humo como si fuera de un gran horno, y la luz del sol y el aire se oscurecieron debido al humo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Abrió, pues, el pozo del abismo, y del pozo subió una humareda como la de un horno inmenso que oscureció el sol y el aire.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y abrió el pozo del abismo, y del pozo subió un humo, como el humo de un gran horno, y a causa del humo del pozo fueron entenebrecidos el sol y el aire.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Abrió el pozo del abismo y subió del pozo una humareda como la humareda de un gran horno. El sol y el aire quedaron oscurecidos por el humo del pozo.

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Apocalipsis 9:2
16 Tagairtí Cros  

Cuando el sol se ocultó, y anocheció por completo, Abram vio que por entre los animales muertos se paseaba un horno que echaba humo y una antorcha encendida.


Miró hacia Sodoma y Gomorra, y hacia toda la llanura, y vio que del suelo salía humo, como el humo que sale de un horno.


Todo el monte Sinaí estaba cubierto de humo, porque el Señor había descendido en forma de fuego. El humo subía al cielo como si saliera de un horno, y todo el monte temblaba como sacudido por un violento terremoto;


Lloren, ciudades filisteas, condenadas están. Condenada está toda su nación, porque un ejército perfectamente entrenado baja desde el norte contra ti.


Cualquiera que rehúse obedecer será inmediatamente arrojado en un horno de fuego ardiente”».


¡La tierra tiembla delante de ellos, y el cielo se estremece! ¡El sol y la luna se oscurecen, y se esconden las estrellas!


Es un día de oscuridad y sombra, de mucha tristeza y lleno de calamidades. ¡Qué ejército tan poderoso es el que llega contra Jerusalén! ¡Tan numeroso que cubre las montañas cercanas como lo hacen las sombras cuando llega la noche! ¡Cuán grande, cuán poderosa es esa gente que los invade! ¡Ningún ejército tan poderoso existió antes ni existirá después!


También pondré extrañas señales en la tierra y en el cielo: sangre, fuego y columnas de humo.


Y haré milagros en el cielo y en la tierra en forma de sangre, fuego y nubes de humo;


El humo de su tormento se elevará eternamente, y el que adore a la bestia y a su estatua o se deje marcar con su nombre no tendrá alivio ni de día ni de noche».


Entonces el quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia, y su reino quedó envuelto en tinieblas mientras sus súbditos se mordían la lengua por el dolor,


Cuando el cuarto ángel tocó la trompeta, una tercera parte del sol, la luna y las estrellas dejó de alumbrar. La luz del día disminuyó su intensidad en una tercera parte, y también una tercera parte de la noche quedó sin luz.


El quinto ángel tocó la trompeta y cayó una estrella del cielo a la tierra y recibió la llave del pozo del abismo.


Y eran súbditos del ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón y en griego, Apolión.


En visión, vi delante de mí aquella caballería. Los jinetes llevaban corazas de un color rojo fuego, si bien es cierto que algunas eran azul cielo y otras amarillas. Las cabezas de los caballos parecían cabezas de leones, y por el hocico echaban humo, fuego y azufre,


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