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Apocalipsis 9:18 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

18 plagas que fueron matando la tercera parte de la humanidad.

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Biblia Reina Valera 1960

18 Por estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los hombres; por el fuego, el humo y el azufre que salían de su boca.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 La tercera parte de toda la gente de la tierra murió a causa de estas tres plagas: el fuego, el humo y el azufre ardiente que salían de la boca de los caballos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 La tercera parte de la humanidad fue exterminada por estas tres plagas: fuego, humo y azufre, que salían de la boca de los caballos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Por efecto de estas tres plagas fueron muertos la tercera parte de los hombres: por el fuego, por el humo y por el azufre que salía de la boca de ellos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Por estas tres plagas murió la tercera parte de los hombres: por el fuego, el humo y el azufre que brotaba de sus fauces.

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Apocalipsis 9:18
9 Tagairtí Cros  

El tercer ángel tocó la trompeta y una gran estrella envuelta en llamas cayó sobre una tercera parte de los ríos y manantiales.


La estrella recibió el nombre de Amargura, porque una tercera parte de las aguas se volvieron amargas y murió mucha gente.


Cuando el cuarto ángel tocó la trompeta, una tercera parte del sol, la luna y las estrellas dejó de alumbrar. La luz del día disminuyó su intensidad en una tercera parte, y también una tercera parte de la noche quedó sin luz.


Cuando el primero tocó la trompeta, cayó sobre la tierra una lluvia de granizo y fuego mezclados con sangre; una tercera parte de la tierra ardió y una tercera parte de los árboles quedó carbonizada; no hubo hierba verde en la tierra que no ardiera.


El segundo ángel tocó la trompeta e inmediatamente algo semejante a una inmensa montaña encendida se precipitó en el mar y destruyó una tercera parte de los barcos; una tercera parte del mar adquirió el color rojo de la sangre y murió una tercera parte de las criaturas que viven en el mar.


Y aquellos ángeles, que estaban preparados precisamente para aquel año, mes, día y hora, quedaron en libertad de matar a la tercera parte de la humanidad.


En visión, vi delante de mí aquella caballería. Los jinetes llevaban corazas de un color rojo fuego, si bien es cierto que algunas eran azul cielo y otras amarillas. Las cabezas de los caballos parecían cabezas de leones, y por el hocico echaban humo, fuego y azufre,


Pero el poder mortal de aquellos caballos no radicaba solamente en el hocico. Sus colas parecían serpientes que con sus cabezas ocasionaban heridas mortales.


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