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Amós 5:15 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

15 Odien el mal y amen el bien; dejen que reine la justicia en sus tribunales. Quizás así el Señor, Dios Todopoderoso, tenga compasión de los pocos israelitas que quedan.

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Biblia Reina Valera 1960

15 Aborreced el mal, y amad el bien, y estableced la justicia en juicio; quizá Jehová Dios de los ejércitos tendrá piedad del remanente de José.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Odien lo malo y amen lo bueno; conviertan sus tribunales en verdaderas cortes de justicia. Quizás el Señor Dios de los Ejércitos Celestiales todavía tenga compasión del remanente de su pueblo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Aborrezcan el mal y amen el bien, impongan la justicia en sus tribunales, y quizá Yavé Sabaot se apiade del resto de José.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Aborreced el mal y amad el bien, Y afirmad la justicia en la puerta, Quizá YHVH ’Elohey Sebaot, Tenga compasión del remanente de José.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Odiad el mal y amad el bien, restableced la justicia en el tribunal. Quizá se compadezca Yahveh, el Dios Sebaot, del resto de José.

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Amós 5:15
42 Tagairtí Cros  

Quizá el Señor tenga en cuenta mi profundo dolor, y en vez de maldiciones envíe bendiciones sobre mí.


Entonces sus siervos le dijeron: «Señor, hemos oído decir que los reyes de Israel son muy misericordiosos. Vistámonos con ropas ásperas, pongámonos cuerdas en el cuello y salgamos para ver si el rey Acab nos deja con vida».


Fue tanto el daño que el rey de Siria le había ocasionado a Israel, que sólo le quedaron cincuenta hombres de caballería, diez carros de combate y diez mil hombres de infantería.


Fue durante su reinado que el rey Tiglat Piléser, de los asirios, dirigió un ataque contra Israel. Capturó las ciudades de Iyón, Abel Betmacá, Janoa, Cedes, Jazor, Galaad, Galilea, y toda la tierra de Neftalí, y llevó al pueblo cautivo a Asiria.


Quizás el Señor tu Dios ha oído que el Rabsaces de Asiria desafió al Dios viviente, y lo castigará. Ora por los que todavía quedamos vivos».


Por tus mandamientos tengo entendimiento; por eso aborrezco todas las formas equivocadas de vivir.


Apártense del mal y hagan el bien. Procuren vivir en paz con todo el mundo; esfuércense en ello.


Se pasan la noche despiertos, tramando sus perversos planes se aferran a su mal camino, en vez de pensar cómo mantenerse alejados del mal.


De modo que si quieres tener siempre donde vivir, abandona tus costumbres malas y vive en santidad.


Pastor de Israel, tú que guías a José como a un rebaño; tú que reinas sobre los querubines, ¡escucha mi súplica! ¡Muestra tu poder y resplandeciente gloria!


El Señor ama a quienes odian el mal; él protege la vida de sus fieles, y los libra de los malvados.


Al día siguiente, Moisés le dijo al pueblo: «Ustedes han cometido un gran pecado, pero yo regresaré a la montaña, y me presentaré delante del Señor, para interceder por ustedes. Quizá él quiera otorgarles el perdón».


si esa nación se aparta de su mala conducta, no la destruiré según había planeado.


El Señor dice: Sean justos. Procedan con rectitud. Ayuden a los que requieren justicia. Deténganse en sus maldades. Protejan los derechos de los extranjeros e inmigrantes, de los huérfanos y las viudas; ¡dejen de matar inocentes!


Porque el Señor dice: Canten jubilosos por todo lo que haré por Israel, la más grande de las naciones. Clamen con gozo y alabanza: «¡El Señor ha salvado a su pueblo, al resto de los sobrevivientes que él ha protegido!».


Pues el Señor Dios dice a los que gobiernan: ¡Dejen de robar y estafar a mi pueblo en su tierra y de expulsarlos de sus hogares! ¡Sean siempre justos y honestos!


Luego, a solicitud de Daniel, el rey nombró a Sadrac, Mesac y Abednego como ayudantes de Daniel para estar a cargo de todos los asuntos de la provincia de Babilonia. Daniel, mientras tanto, servía en la corte del rey.


Tal vez cambie de parecer y los perdone, y los bendiga en vez de castigarlos. Quizá haga que la tierra vuelva a producir en abundancia, de modo que tengan cereales y vino para que le presenten sus ofrendas.


¡Cómo odian ustedes a los jueces honestos! ¡Cómo desprecian a la gente que dice la verdad!


»¡Lo que yo quiero es que la justicia y la honradez estén presentes en todas sus acciones, que fluyan entre ustedes como las aguas de un río y, que sean virtudes tan fuertes como las aguas de un torrente profundo!


¡Acudan al Señor y él protegerá sus vidas! Si no lo hacen, él vendrá sobre Israel como fuego y lo consumirá, y ninguno de los ídolos de Betel en los que ustedes tanto confían podrá apagar ese fuego.


¿Pueden acaso los caballos galopar sobre las rocas? ¿Pueden acaso los bueyes arar en el mar? Resulta necio preguntarlo, pero no más necio que aquello que ustedes hacen cuando desprecian la justicia y echan a perder todo lo que es bueno y correcto.


Por eso el Señor cambió de idea, y me dijo: ―Muy bien, no haré esto.


El capitán bajó a buscarlo y, cuando lo encontró, le gritó: ―¿Qué haces aquí dormido? ¡No es tiempo de dormir! ¡Levántate y clama a tu Dios! ¡Quizás tenga misericordia de nosotros y nos salve!


Quizás Dios tenga misericordia, deje de estar enojado con nosotros y nos permita seguir viviendo».


Vendrá el día en que yo reuniré al grupo de sobrevivientes de Israel, y los pastorearé como si fueran ovejas de un redil, como rebaño en las praderas, y serán de nuevo un pueblo alegre y con ánimo de fiesta.


Sin embargo, ustedes son los más injustos, odian el bien y aman el mal; ustedes son quienes más explotan a mi pueblo y lo dejan en la miseria, despojándolo hasta de lo más necesario para vivir.


Dios abandonará a su pueblo en manos de sus enemigos, pero sólo hasta el momento en que la mujer que está embarazada dé a luz a este rey. Entonces todos los israelitas que fueron llevados al exilio volverán a reunirse con sus compatriotas que se quedaron en Judá.


Ustedes, los humildes del país, los que aun procuran vivir de acuerdo a las instrucciones del Señor, practiquen la justicia y vivan con humildad. Quizá así puedan ser salvados el día en que el Señor desate su castigo.


Entonces verán ustedes la diferencia entre el tratamiento que Dios proporciona a los buenos y a los malos, entre los que le respetan y viven de acuerdo a sus instrucciones y los que no lo hacen.


No finjan amar; amen de veras. Aborrezcan lo malo; pónganse de parte del bien.


En mi interior, quisiera obedecer la voluntad de Dios,


porque la naturaleza pecaminosa siempre se rebela contra Dios, nunca ha obedecido la ley de Dios y nunca podrá obedecerla.


Amado, no imites los malos ejemplos. Imita sólo lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; el que hace el mal no ha visto a Dios.


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