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2 Samuel 2:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

5 les envió este mensaje: «Que el Señor los bendiga por haber sido leales al rey y por haberle dado honrosa sepultura.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Entonces envió David mensajeros a los de Jabes de Galaad, diciéndoles: Benditos seáis vosotros de Jehová, que habéis hecho esta misericordia con vuestro señor, con Saúl, dándole sepultura.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 les envió el siguiente mensaje: «Que el Señor los bendiga por haber sido tan leales a su señor Saúl y por haberle dado un entierro digno.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 David mandó entonces a sus hombres donde la gente de Yabés de Galaad con este mensaje: 'Que Yavé los bendiga por haber enterrado a Saúl, su señor, pues se lo debían.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Y David envió mensajeros a los hombres de Jabes Galaad, y les dijo: Benditos seáis vosotros de YHVH, que hicisteis esta misericordia con vuestro señor, con Saúl, al sepultarlo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 y David envió mensajeros a los de Yabés de Galaad para que les dijeran: 'Benditos seáis de Yahveh, por haber cumplido esta obra de misericordia con vuestro señor Saúl, dándole sepultura.

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2 Samuel 2:5
16 Tagairtí Cros  

Luego, Melquisedec bendijo a Abram con estas palabras: «Abram, que el Dios Altísimo, creador del cielo y de la tierra, te bendiga.


Pero Abram le contestó: ―Le prometí al Señor, el Dios Altísimo, creador del cielo y de la tierra, que no me quedaría con nada de lo que es tuyo, ni siquiera con un cordón o una correa de una sandalia. Así no podrás decir jamás: “Abram se hizo rico, porque se quedó con mis bienes”.


ordenó que los restos de los hombres fueran llevados a Jerusalén. Al mismo tiempo pidió a los de Jabés de Galaad que devolvieran los restos de Saúl y Jonatán. Ellos los habían rescatado de la plaza pública en Betsán, donde los filisteos los habían colgado, después de la batalla del monte Guilboa. Cuando los de Jabés devolvieron los restos de Saúl y Jonatán, David los hizo sepultar en la tumba de Quis, el padre de Saúl, en la región de Zela de Benjamín. Después de esto, Dios tuvo compasión del pueblo y lo bendijo.


Sí, el Señor, que hizo el cielo y la tierra te bendecirá.


―Si no nos delatas, prometemos con nuestras vidas, que al tomar esta tierra te trataremos con bondad y fidelidad.


Entonces pensaron nuevamente en el juramento que habían hecho de matar a todos los que se habían negado a acudir a Mizpa y recordaron que al pasar lista a la tropa, de Jabes Galaad nadie había asistido.


Pero después de comenzado el viaje de regreso, Noemí dijo a sus dos nueras: ―¿Por qué no regresan mejor a casa de sus padres? Quizás Dios las recompense por la fidelidad que han mostrado a sus maridos y a mí.


―¡Que Dios lo bendiga! Dios ha seguido mostrándonos su misericordia a nosotras y también a tu marido muerto —exclamó Noemí muy emocionada—. Ese hombre es uno de nuestros parientes más cercanos. Él tiene la obligación de ayudarnos.


―¡Dios te bendiga, hija mía! —exclamó—. Porque has sido ahora más bondadosa con Noemí que antes. Naturalmente debías haber preferido a un hombre más joven, aun cuando hubiera sido más pobre.


Poco después Najás condujo el ejército de los amonitas contra la ciudad israelita de Jabés de Galaad. Pero los habitantes de Jabés le suplicaron la paz. ―Pon las condiciones y te serviremos —le propusieron.


Entonces envió los mensajeros de regreso a Jabés de Galaad para que dijeran: «Los rescataremos antes de mañana al mediodía». ¡Hubo gran alegría en toda la ciudad cuando llegó aquel mensaje!


Cuando Samuel finalmente lo encontró, Saúl lo saludó con alegría. ―El Señor te bendiga —le dijo—. Bien he cumplido con el mandamiento del Señor.


―Alabado sea el Señor —dijo Saúl—. ¡Por fin alguien ha tenido compasión de mí!


¿Quién otro dejaría escapar a su enemigo cuando lo tiene en su poder? Que el Señor te recompense bien por la bondad que me has mostrado en este día.


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