2 Samuel 19:21 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

²¹ Abisay hijo de Sarvia exclamó: ―¡Simí merece la muerte por haber maldecido al ungido del Señor!

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

²¹ Respondió Abisai hijo de Sarvia y dijo: ¿No ha de morir por esto Simei, que maldijo al ungido de Jehová?

Biblia Nueva Traducción Viviente

²¹ Entonces Abisai hijo de Sarvia dijo: —¡Simei debe morir, porque maldijo al rey ungido por el Señor!

Biblia Católica (Latinoamericana)

²¹ Tu servidor sabe muy bien que pecó, pero ahora ha sido el primero de toda la casa de Israel en venir al encuentro del rey mi señor'.

La Biblia Textual 3a Edicion

²¹ Pero Abisai, hijo de Sarvia, respondió y dijo: ¿No ha de ser muerto Simei, por cuanto maldijo al ungido de YHVH?

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²¹ Porque yo, tu siervo, reconozco que he pecado. ¡Y hoy vengo el primero de toda la casa de José y he bajado al encuentro de mi señor, el rey!'.

2 Samuel 19:21 Tagairtí Cros

2 Samuel 16:13

David y sus hombres siguieron su marcha, y Simí los siguió hasta una colina cercana, maldiciendo y arrojando piedras contra David y lanzando polvo al aire.

2 Samuel 16:5

Cuando David y su compañía pasaron por Bajurín, un hombre salió del pueblo, maldiciéndolo. Era Simí hijo de Guerá, miembro de la familia de Saúl.

2 Samuel 16:9

―¿Por qué ese perro muerto maldice a mi señor, el rey? —preguntó Abisay hijo de Sarvia—. ¡Deme permiso para ir y cortarle la cabeza!

Salmos 84:9

Oh Dios, defensor nuestro, ten piedad de aquel que ungiste como rey tuyo.

Éxodo 22:28

»No ofenderán ni maldecirán a las autoridades, ni a los jueces ni a los gobernantes.

Lamentaciones 4:20

De nuestro rey, el escogido del Señor, el que era para nosotros como el aire que respiramos, de quien decíamos: ¡Bajo su protección podremos resistir a cualquier nación sobre la tierra!, él también ha sido apresado.

1 Samuel 24:6

―Jamás haré lo que me sugieren, —dijo a sus hombres—. Es un grave pecado agredir al rey escogido de Dios.

1 Samuel 26:9

―No —dijo David—, porque nadie puede quedar impune si ataca al ungido del Señor.