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2 Samuel 16:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

5 Cuando David y su compañía pasaron por Bajurín, un hombre salió del pueblo, maldiciéndolo. Era Simí hijo de Guerá, miembro de la familia de Saúl.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Y vino el rey David hasta Bahurim; y he aquí salía uno de la familia de la casa de Saúl, el cual se llamaba Simei hijo de Gera; y salía maldiciendo,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Mientras el rey David llegaba a Bahurim, salió un hombre de la aldea maldiciéndolos. Era Simei, hijo de Gera, del mismo clan de la familia de Saúl.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Como el rey David se acercara a Bajurim, salió un hombre de la familia de Saúl que se llamaba Simeí, hijo de Guera. Mientras caminaba, iba lanzando toda clase de maldiciones.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Al llegar el rey David a Bahurim, he aquí que de allí venía saliendo un hombre de la familia de la casa de Saúl, de nombre Simei ben Gera; y en tanto que salía echaba maldiciones.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Cuando el rey David llegó a Bajurín, salió de allí un hombre del clan de la casa de Saúl, llamado Semeí, hijo de Guerá. Avanzaba profiriendo maldiciones

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2 Samuel 16:5
22 Tagairtí Cros  

El rey y todos los que estaban con él llegaron extenuados a Bajurín, de modo que descansaron allí.


―En ese caso —dijo el rey a Siba—, te doy todo lo que él posee. ―Gracias, gracias, mi señor, el rey —respondió Siba.


A la vez que arrojaba piedras contra el rey y sus siervos, y contra todos los guerreros que lo acompañaban, le gritaba al rey:


Pero un muchacho vio que salían de Enroguel rumbo a donde estaba David, y se lo hizo saber a Absalón. Ellos, entonces, se fueron rápidamente a Bajurín, donde un hombre los escondió en un pozo en el patio.


Este se fue detrás de ella, llorando por todo el camino, hasta que llegaron a Bajurín. Allí Abner le dijo: «¡Deja ya de llorar y regresa a tu casa!». Y él obedeció.


Allí en Susa vivía un judío llamado Mardoqueo, que pertenecía a la tribu de Benjamín. Mardoqueo era hijo de Yaír, nieto de Simí y bisnieto de Quis.


Porque Dios ha puesto mi vida en peligro. Estos jovencitos, tras humillarme, ahora muestran todo desenfreno ante mí.


Mis enemigos se burlan de mí día tras día y me maldicen.


Después, que me maldigan si quieren; pero tú me bendecirás, pues entonces todos sus esfuerzos por destruirme fracasarán, pues yo soy tu siervo y seguiré regocijándome.


Porque persiguen al que tú has angustiado y se burlan del dolor de aquel que tú has herido.


Es probable que sea su único abrigo, de modo que no tendrá con qué cobijarse en la noche. Si no le devuelven su túnica, y él clama a mí, entonces yo lo atenderé, porque soy muy compasivo.


»No ofenderán ni maldecirán a las autoridades, ni a los jueces ni a los gobernantes.


Como gorrión que vuela sin rumbo o la golondrina sin nido, la maldición sin motivo jamás llega a destino.


Jamás, ni de pensamiento, maldigas al rey; tampoco al rico, pues no faltará pajarito que se lo cuente.


Mi pueblo será llevado cautivo, claudicante, fatigado y hambriento. Y llevados del hambre, en su desvarío sacudirán el puño contra el cielo y maldecirán a su rey y a su Dios.


―¿Soy acaso un perro —rugió delante de David— que vienes a mí con un palo? —y maldijo a David en el nombre de sus dioses—.


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