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2 Samuel 16:22 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

22 Enseguida levantaron una tienda en el terrado del palacio, donde todos pudieran ver; y Absalón entró en la tienda para acostarse con las concubinas de su padre.

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Biblia Reina Valera 1960

22 Entonces pusieron para Absalón una tienda sobre el terrado, y se llegó Absalón a las concubinas de su padre, ante los ojos de todo Israel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 Entonces levantaron una carpa en la azotea del palacio para que todos pudieran verla, y Absalón entró y tuvo sexo con las concubinas de su padre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Instalaron, pues, una tienda en la terraza del palacio y ante los ojos de todo Israel Absalón se unió a las concubinas de su padre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Así, extendieron para Absalón una tienda sobre el terrado, y Absalón se llegó a las concubinas de su padre a ojos de todo Israel.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Levantaron, pues, una tienda para Absalón en la azotea, y Absalón entró a las concubinas de su padre a la vista de todo Israel.

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2 Samuel 16:22
11 Tagairtí Cros  

Fue allí donde Rubén tuvo relaciones sexuales con Bilhá, la concubina de Jacob, quien se enteró de lo sucedido. Estos son los nombres de los doce hijos de Jacob:


Una tarde, después de tomar la siesta, David se levantó y comenzó a caminar por la terraza del palacio. Mientras contemplaba la ciudad, vio a una mujer muy hermosa, que se estaba bañando.


El rey y los de su casa se pusieron en marcha inmediatamente. David sólo dejó a diez de sus concubinas para que se ocuparan del cuidado del palacio.


Cuando llegó a su palacio, David ordenó que las diez esposas que había dejado para que cuidaran la casa fueran puestas en reclusión. Siguió dándoles su sustento, pero no volvió a dormir con ellas. Así fue que, hasta el día de su muerte, esas mujeres vivieron encerradas y como si fueran viudas.


Hasta la mirada de sus rostros los traiciona y pone de manifiesto su culpa. Y se vanaglorian de que su pecado es igual al pecado de Sodoma. ¡Ni vergüenza les da! ¡Qué catástrofe! Se han acarreado su propia condenación.


Por eso han faltado hasta las lluvias de primavera, porque tú eres una coqueta del todo desvergonzada.


¿Se avergüenzan acaso de las horribles cosas que hacen? ¡No, en absoluto, ni siquiera se ruborizan! Por eso me encargaré de que caigan y sean avergonzados. Yo mismo les acarrearé la muerte.


Porque su maldad es evidente a todos, audazmente da muerte a quien le da la gana, dejando sangre de las víctimas sobre las rocas a la vista de todos; ni siquiera procura cubrirla.


Uno de los israelitas insolentemente introdujo a una madianita en el campamento ante la vista de Moisés, mientras este y todo el pueblo lloraban a la puerta del santuario.


El futuro de ellos es la destrucción, porque su dios es su propio apetito y están orgullosos de lo que debería darles vergüenza. Sólo piensan en las cosas de este mundo.


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