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2 Samuel 12:20 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

20 David se levantó del suelo y se lavó, se cepilló el cabello, se cambió la ropa, entró en el Santuario y adoró al Señor. Luego regresó al palacio, y comió.

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Biblia Reina Valera 1960

20 Entonces David se levantó de la tierra, y se lavó y se ungió, y cambió sus ropas, y entró a la casa de Jehová, y adoró. Después vino a su casa, y pidió, y le pusieron pan, y comió.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 De inmediato David se levantó del suelo, se lavó, se puso lociones y se cambió de ropa. Luego fue al tabernáculo a adorar al Señor y después volvió al palacio donde le sirvieron comida y comió.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Entonces David se levantó, se bañó, se perfumó y se cambió de ropa. Entró en la Casa de Yavé donde se postró; luego regresó a su casa y pidió que le sirvieran algo y comió.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Entonces David se levantó del suelo, se lavó, se ungió y cambió sus ropas, y entrando en la Casa de YHVH, se postró. Luego fue a su casa, y cuando pidió, le pusieron comida delante y comió.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Entonces David se levantó del suelo, se lavó, se perfumó y mudó sus ropas. Luego entró en la casa de Yahveh, donde se postró en oración. Vuelto a su casa, pidió que le sirvieran de comer, y comió.

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2 Samuel 12:20
20 Tagairtí Cros  

Pero cuando David vio que estaban hablando en secreto, sospechó lo que había ocurrido, y les preguntó: ―¿Ha muerto el niño? ―Sí, ha muerto —le respondieron.


Sus servidores estaban asombrados. ―¡No lo comprendemos! —le dijeron—. Mientras el niño aún vivía usted lloraba y se negaba a comer, pero ahora que el niño ha muerto, usted ha dejado de llorar y está comiendo nuevamente.


envió por una mujer de Tecoa, que tenía reputación de gran sabiduría, y le dijo que pidiera una entrevista con el rey. Pero antes de que la mujer se presentara delante del rey, Joab le dijo: ―Vístete de luto, no te eches perfume, como si estuvieras de duelo por un hijo muerto. Luego irás donde el rey y le dirás todo lo que yo te diga.


También llegó de Jerusalén Mefiboset, nieto de Saúl. No se había lavado los pies ni la ropa, ni se había cortado la barba desde el día en que el rey salió de Jerusalén. El rey le preguntó: ―¿Por qué no viniste conmigo, Mefiboset?


El cofre fue colocado dentro de una carpa que David había preparado para ponerlo allí. Luego, David ofreció holocaustos y sacrificios de paz al Señor.


Entonces David entró a la carpa donde estaba el cofre y se sentó delante del Señor, y le dijo: «Mi Señor y Dios, ¿por qué me has engrandecido, si yo y mi familia somos tan insignificantes?


Job se levantó y rasgó su manto y se rasuró la cabeza en señal de duelo y se postró en tierra en actitud de adoración.


Pero él respondió: ―Hablas como una necia. ¿Pues qué? ¿Hemos de recibir de manos de Dios únicamente lo agradable y nunca lo desagradable? En todo esto Job no pecó ni de palabra.


Alaba, alma mía al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre.


El Señor es misericordioso y compasivo, es lento para enojarse y está lleno de amor.


»Señor, ante ti estoy mudo. No abriré mi boca para decir ni una queja, pues mi castigo procede de ti.


Vamos, arrodillémonos ante el Señor nuestro hacedor,


No creas que eres tan sabio como para no tenerle miedo al mal. Honra al Señor y huye del mal,


Usa buena ropa y un poquito de perfume.


Pero cuando ustedes ayunen, lávense la cara y arréglense,


Tú no me ungiste la cabeza con aceite, pero ella me ungió los pies con perfume.


Haz lo que te voy a decir: báñate y perfúmate y ponte tu mejor vestido, y ve luego al campo. Pero no permitas que te vea hasta que haya terminado de comer.


Perdona mi pecado, y ven conmigo a adorar al Señor.


Finalmente Samuel aceptó y le acompañó, y Saúl rindió culto al Señor.


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