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2 Reyes 9:24 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

24 Jehú tomó el arco, disparó con todas sus fuerzas y le clavó la flecha entre los dos hombros. La flecha le partió el corazón, y Jorán cayó muerto en su carro.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

24 Pero Jehú entesó su arco, e hirió a Joram entre las espaldas; y la saeta salió por su corazón, y él cayó en su carro.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Jehú tensó su arco y le disparó a Joram entre los hombros. La flecha le atravesó el corazón, y Joram cayó muerto dentro de su carro.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Jehú tendió su arco y disparó una flecha a Yoram, la que penetró por la espalda y le atravesó el corazón; el rey se desplomó en su carro.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 Pero Jehú tensó su arco, e hirió a Joram entre los hombros, y la flecha salió por el corazón, y se desplomó en su carro.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Pero Jehú tensó el arco en sus manos e hirió a Jorán por la espalda. La saeta le atravesó el corazón y se desplomó en su carro.

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2 Reyes 9:24
12 Tagairtí Cros  

Quien escape de Jazael, Jehú lo matará, y los que escapen de Jehú, Eliseo los matará.


«¿Ves cómo se ha humillado Acab delante de mí? Por cuanto él ha hecho esto, no haré lo que anuncié durante su vida. Pero enviaré la desgracia a su familia durante el reinado de su hijo».


Sin embargo, alguien disparó una flecha sin dirección y esta hizo blanco en el rey Acab, por entre las uniones de su armadura. Entonces el rey ordenó al que conducía su carro: «Sácame de aquí, pues estoy herido».


La batalla se hizo cada vez más intensa a medida que transcurría el día. El rey Acab, herido, permanecía de pie en su carro, frente a los sirios. Pero la sangre que manaba de su herida corría por el piso del carro. Finalmente, al atardecer, murió.


Cuando recibieron las cartas sintieron mucho miedo, y dijeron: «Si dos reyes no pudieron vencer a este hombre, ¿qué podemos hacer nosotros?».


Por la mañana, Jehú salió y habló a la multitud que se había reunido: «¡Ustedes son inocentes! Yo conspiré contra mi señor, y lo maté, pero ¿quién mató a sus hijos? Todo lo que el Señor dijo acerca de la familia de Acab se cumplirá. Él declaró por medio de Elías, su siervo, que esto ocurriría a los descendientes de Acab».


Arrepiéntanse todos los que se han olvidado de Dios, antes que los despedace y nadie pueda ayudarlos.


Nadie, por inteligente o sabio que sea, puede enfrentarse al Señor.


Y si alguien le pregunta: “Entonces, ¿qué significan las cicatrices que tienes en las manos?”, él responderá: “Son heridas que me hicieron mis propios amigos”.


Cuando la gente esté diciendo: «Hay paz y seguridad», entonces, de repente vendrá sobre ellos la destrucción. Llegará como le llegan a la mujer embarazada los dolores de parto. No habrá forma de que escapen.


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