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2 Reyes 23:29 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

29 En aquellos días, el faraón Necao, rey de Egipto, atacó al rey de Asiria, en el Éufrates. Entonces el rey Josías salió con el propósito de cerrarle el paso a Necao, pero este lo mató en Meguido.

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Biblia Reina Valera 1960

29 En aquellos días Faraón Necao rey de Egipto subió contra el rey de Asiria al río Éufrates, y salió contra él el rey Josías; pero aquel, así que le vio, lo mató en Meguido.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

29 Durante el reinado de Josías, el faraón Necao, rey de Egipto, fue al río Éufrates para ayudar al rey de Asiria. El rey Josías y su ejército salieron a enfrentarlo, pero el rey Necao mató a Josías cuando se encontraron en Meguido.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

29 En ese tiempo, el faraón Necao, rey de Egipto, llevó a cabo una expedición hasta el Eufrates para combatir con el rey de Asur. El rey Josías salió a enfrentarlo, pero Necao dio orden de matarlo en cuanto lo vio.

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La Biblia Textual 3a Edicion

29 En sus días, Faraón Necao, rey de Egipto, subió hacia el río Éufrates al encuentro del rey de Asiria; y el rey Josías fue a su encuentro, pero en cuanto aquél lo vio, le dio muerte en Meguido.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

29 En su tiempo subió el Faraón Necó, rey de Egipto, en ayuda del rey de Asiria, hacia el río Éufrates. Salió el rey Josías a su encuentro, pero apenas se enfrentaron, el Faraón le dio muerte en Meguidó.

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2 Reyes 23:29
24 Tagairtí Cros  

Pero Amasías se negó a oír. Entonces, el rey Joás de Israel salió a enfrentársele. La batalla comenzó en Bet Semes, una de las ciudades de Judá.


Un día envió un mensaje a Joás hijo de Joacaz y nieto de Jehú, rey de Israel, en que lo desafiaba a que saliera a la guerra contra él.


La desgracia de este pueblo no ocurrirá sino hasta después de tu muerte, de modo que tú no verás el mal que traeré sobre este lugar”». Y ellos llevaron el mensaje al rey.


El resto de la biografía de Josías está escrito en el libro de los reyes de Judá.


(El faraón egipcio jamás volvió después de ello, porque el rey de Babilonia ocupó todo el territorio que Egipto pretendía tomar, desde el río de Egipto hasta el río Éufrates).


Mientras tanto, el rey Ocozías, de Judá, había huido hacia Bet Hagán. Jehú corrió en su persecución gritando: ―¡Dispárenle a él también! Lo hirieron en su carro, cuando iba subiendo la cuesta de Gur, junto a Ibleam. Ocozías logró llegar hasta Meguido, pero allí murió.


Algo raro ocurre aquí en la tierra: pues hay gente justa a quien le va como si fuera malvada, y hay malvados a quienes les va como si fueran justos. Esto mortifica y molesta.


¡No lloren la muerte de Josías! ¡Lloren más bien por los que son llevados cautivos! Porque jamás volverán a ver su país natal.


Esto dice el Señor respecto a Salún, que reinó después de su padre el rey Josías, y fue llevado cautivo:


Morirá en tierra lejana, y jamás volverá a ver su patria.


Este mensaje se dio contra Egipto en ocasión de la batalla de Carquemis, cuando el faraón Necao, rey de Egipto, y su ejército fueron derrotados junto al río Éufrates por Nabucodonosor, rey de Babilonia, el cuarto año del reinado de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá:


No escapará ni el más veloz, ni el más fuerte de los guerreros. En el norte, junto al río Éufrates, han tropezado y caído.


»Canta estas estrofas para los jefes de Israel:


»En aquel día, el lamento que habrá en Jerusalén será tan grande como el que los paganos hacen por su dios Hadad Rimón en el valle de Meguido.


¡Qué inmensas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Qué difícil es entender sus decisiones y explicar lo que hace!


La media tribu de Manasés también recibió las siguientes ciudades que estaban situadas en áreas asignadas a Isacar y a Aser: Betseán, Ibleam, Dor, Endor, Tanac y Meguido, y las tres colinas, cada una con sus respectivos pueblos.


Los espíritus del mal reunieron a los reyes en un lugar que en hebreo se llama Armagedón.


La tribu de Manasés tampoco expulsó a la gente que vivía en Betseán, Tanac, Dor, Ibleam y Meguido, con sus pueblos circunvecinos, de modo que los cananeos permanecieron allí.


»Los reyes de Canaán pelearon en Tanac, junto a los manantiales de Meguido, pero no obtuvieron la victoria.


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