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2 Reyes 23:26 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

26 Pero, a pesar de todo esto, el Señor no desistió de castigar a Judá, pues nada pudo apagar su ira, causada por la maldad del rey Manasés.

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Biblia Reina Valera 1960

26 Con todo eso, Jehová no desistió del ardor con que su gran ira se había encendido contra Judá, por todas las provocaciones con que Manasés le había irritado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

26 Aun así, el Señor estaba muy enojado con Judá, debido a todas las perversidades que Manasés había hecho para provocarlo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

26 A pesar de eso no se le pasó a Yavé su gran enojo contra Judá a causa de todas las acciones de Manasés que lo habían escandalizado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

26 Con todo, YHVH no desistió del ardor de su gran ira, pues su ira se había encendido contra Judá a causa de todas las provocaciones con que Manasés lo había provocado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

26 Con todo, no se apagó en Yahveh el ardor de su gran cólera, la que se había encendido en él contra Judá, a causa de los motivos que le había dado Manasés para enojarse.

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2 Reyes 23:26
13 Tagairtí Cros  

Entonces el Señor envió a caldeos, sirios, amonitas y moabitas contra Judá, para que destruyeran la ciudad, tal como lo había anunciado por medio de sus profetas.


Por eso, el Señor, en su ira, mandó lejos de su presencia a la gente de Judá y de Jerusalén.


Es claro que estos desastres sobrevinieron a Judá por orden directa del Señor, que había decidido castigar al pueblo de Judá, haciéndolo ir lejos de su presencia, debido a los muchos pecados de Manasés, quien había llenado a Jerusalén de sangre. Por eso, el Señor no quiso perdonarlo.


Después de esto, el rey Necao, de Egipto, condujo su ejército contra los asirios hasta Carquemis, junto al río Éufrates, pero el rey Josías quiso impedirle el paso.


Pero el pueblo se burlaba de aquellos mensajeros de Dios, es decir, de los profetas, y no tenían respeto por la palabra del Señor. Por eso, llegó el día en que el Señor descargó su ira contra ellos, y ya no hubo más remedio.


Que nuestros jefes nos representen. Los que tengan esposas paganas vendrán en la hora determinada, acompañados por los jefes y los jueces de su respectiva ciudad. Entonces que se juzgue cada caso, y que todo se aclare para que la terrible ira de nuestro Dios se aparte de nosotros.


La terrible cólera del Señor no se aplacará hasta que haya ejecutado todo el castigo planeado. Más adelante comprenderán mejor lo que les estoy diciendo.


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