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2 Reyes 1:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

2 Ocozías, el nuevo rey de Israel, que se había caído de la terraza de su palacio en Samaria y había quedado seriamente herido, envió mensajeros al santuario del dios de Baal Zebub, dios de Ecrón, a preguntar si se recuperaría de sus heridas.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Y Ocozías cayó por la ventana de una sala de la casa que tenía en Samaria; y estando enfermo, envió mensajeros, y les dijo: Id y consultad a Baal-zebub dios de Ecrón, si he de sanar de esta mi enfermedad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Cierto día Ocozías, el nuevo rey de Israel, se cayó por la reja de la ventana de una habitación en el piso superior de su palacio en Samaria y quedó gravemente herido. Entonces envió mensajeros al templo de Baal-zebub, dios de Ecrón, para que consultaran si iba a recuperarse.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Ocozías se cayó desde la ventana de su segundo piso en Samaría, y como no se sintiera bien, envió a algunos hombres diciéndoles: 'Vayan a consultar a Baalcebub, dios de Ecrón, para saber si me sanaré de este mal'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y Ocozías cayó por la ventana de su aposento alto en Samaria y se lastimó. Y envió mensajeros a los que dijo: Id y consultad a Baal-zebub, dios de Ecrón, si sanaré de esta enfermedad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Ocozías se cayó desde la baranda de la planta superior de su casa de Samaría y quedó maltrecho. Y envió unos mensajeros a quienes dijo: 'Id a consultar a Baal Zebub, dios de Ecrón, si podré sobrevivir a esta dolencia'.

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2 Reyes 1:2
25 Tagairtí Cros  

Porque Salomón me ha abandonado y ha adorado a Astarté, la diosa de los sidonios, a Quemós, el dios de Moab, y a Moloc, el dios de los amonitas. No ha seguido mis caminos y no ha hecho lo que considero justo; no ha guardado mis leyes y mis órdenes en la forma en que su padre David lo hizo.


Llévale un regalo de diez panes, algunas tortas de higo, un cántaro de miel, y pregúntale si el niño vivirá».


Sin embargo, alguien disparó una flecha sin dirección y esta hizo blanco en el rey Acab, por entre las uniones de su armadura. Entonces el rey ordenó al que conducía su carro: «Sácame de aquí, pues estoy herido».


Acab fue sepultado entre sus antepasados, y su hijo Ocozías fue el nuevo rey de Israel.


―¿Por qué enviaste mensajeros a consultar acerca de tu enfermedad a Baal Zebub, dios de Ecrón? —preguntó Elías—. ¿Acaso no hay un Dios en Israel a quien consultar? Por cuanto has hecho esto, no te levantarás de esta cama; ciertamente morirás.


Pero un ángel del Señor le dijo al profeta Elías: «Ve al encuentro de los mensajeros que el rey de Samaria ha enviado a Ecrón, y pregúntales: “¿Es que no hay Dios en Israel, que van a preguntarle a Baal Zebub, el dios de Ecrón, si el rey se pondrá bien?”.


―Un hombre vino a nosotros —contestaron— y nos dijo que regresáramos ante usted a decirle: “Por qué envías a consultar a Baal Zebub, dios de Ecrón? ¿Es que no hay Dios en Israel? Por haber hecho esto, el Señor le hace saber al rey que no se recuperará de sus heridas, sino que morirá”.


Desobedecieron todos los mandamientos del Señor su Dios, e hicieron dos becerros de oro fundido. Hicieron ídolos abominables y vergonzosos, y adoraron a Baal, y a todos los astros del cielo.


Mi amado es como la gacela o como el cervatillo. Escuchen; ahí está detrás de la pared; ahora mira por las ventanas, se asoma por las celosías.


Sus sabios consejeros ya no hallan qué hacer. Piden sabiduría a sus ídolos, consultan a médium, hechiceros y brujas para que los orienten.


El Señor los ha rechazado porque dieron cabida a extranjeros del oriente que practican la magia y se comunican con los malos espíritus, como hacen los filisteos.


¿Salvaron acaso sus dioses a las ciudades de Gozán, Jarán, Résef o al pueblo de Edén en Telasar? ¡No, los reyes asirios los destruyeron por completo!


y que han lanzado sus dioses al fuego, porque esos no eran dioses, sino simples ídolos, labrados en madera y piedra por los hombres. Naturalmente los asirios podían destruirlos.


Es suficiente para el discípulo ser como su maestro y para el siervo como su señor. Y si a mí, que soy como el padre de familia, me llaman Beelzebú, ¿qué no les dirán a ustedes?


Los maestros de la ley que habían llegado de Jerusalén decían: «Los demonios lo obedecen porque tiene a Beelzebú, el príncipe de los demonios».


pero algunos dijeron: «Seguramente que este echa fuera a los demonios por medio de Beelzebú, el príncipe de los demonios».


Como el discurso de Pablo se prolongaba, un joven llamado Eutico, que estaba sentado en la ventana, se quedó dormido y cayó desde tres pisos arriba a la calle. Lo levantaron muerto.


Conserva para ti todo lo que tu dios Quemós te dé, y nosotros retendremos todo lo que el Señor nuestro Dios nos dé.


La madre de Sísara miraba por la ventana esperando su regreso: “¿Por qué su carro demora tanto en llegar? ¿Por qué no oímos el sonido de sus ruedas?”.


Entonces enviaron el cofre a Ecrón, pero cuando la gente de Ecrón vio que la traían, exclamaron: «Están trayendo el cofre del Dios de Israel para que nos mate también a nosotros».


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