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2 Pedro 2:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

10 Esto es lo que les espera a los que siguen siempre sus pensamientos corrompidos, que desprecian la autoridad del Señor y son tan orgullosos y testarudos que no tienen miedo de insultar a los poderes del mundo invisible.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

10 y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío. Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Él trata con particular severidad a los que se entregan a sus propios deseos sexuales pervertidos y desprecian la autoridad. Estas personas son orgullosas y arrogantes, y hasta se atreven a insultar a los seres sobrenaturales sin ni siquiera temblar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 En especial esto vale para esa gente que corre tras los peores deseos de su naturaleza y desprecia la majestad del Señor. Son orgullosos y atrevidos, y no tienen miedo de insultar a los espíritus caídos,

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 y mayormente a los que van detrás de la carne en concupiscencia de contaminación, y desprecian la autoridad. Atrevidos, arrogantes, que no tiemblan al hablar mal de° las potestades superiores;°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 sobre todo a los que caminan tras la carne en deseos de impureza y desprecian el señorío divino. Osados, arrogantes, no temen insultar a los seres gloriosos,

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2 Pedro 2:10
38 Tagairtí Cros  

No quiero participar de sus planes malvados, ni estar en sus reuniones. En su ira asesinaron hombres y por diversión desjarretaron toros.


Allí en Guilgal se hallaba un hombre perverso llamado Sabá hijo de Bicrí, de la tribu de Benjamín. Este tocó la trompeta y comenzó a gritar: «¡No tenemos nada que ver con David! ¡Nada ganamos con seguir al hijo de Isaí! ¡Israelitas, váyanse a sus casas!».


Cuando los israelitas comprendieron que el rey hablaba en serio y que se negaba a escucharlos, comenzaron a gritar: «¡No queremos que ningún descendiente de David nos gobierne! ¡No tenemos nada que nos una a David, el hijo de Isaí! ¡Que el hijo de David reine sobre su propia familia! ¡Israelitas, regresemos a nuestras casas!». Así que los israelitas se fueron a sus casas. Pero Roboán continuó siendo rey de los israelitas que vivían en las ciudades de Judá.


«Mentiremos cuanto se nos antoje. La boca es nuestra; ¿quién nos podrá callar?».


»No ofenderán ni maldecirán a las autoridades, ni a los jueces ni a los gobernantes.


Jamás, ni de pensamiento, maldigas al rey; tampoco al rico, pues no faltará pajarito que se lo cuente.


Oh pueblo mío, dime: ¿He sido acaso injusto con Israel? ¿He sido para ellos como tierra mala y egoísta? ¿Por qué entonces dice mi pueblo: «Por fin nos vemos libres de Dios, jamás volveremos a tener nada con él?».


»Pero si alguien deliberadamente comete un pecado, sea israelita o extranjero, está blasfemando contra el Señor y será cortado de en medio de su pueblo.


Cuando regresa, la encuentra barrida y arreglada.


Pero la gente de su país lo odiaba y mandaron un grupo de personas tras él para que dijeran: “No queremos que este sea nuestro rey”.


Pablo les respondió: ―Hermanos, no sabía que él era el jefe de los sacerdotes. Porque las Escrituras dicen: “No hables mal del que gobierna a tu pueblo”.


Así que a los que están unidos a Jesucristo ya no les espera ninguna condenación,


¿No saben que los que hacen eso no tendrán parte en el reino de Dios? Sépanlo bien: Los fornicarios, los idólatras, los adúlteros, los homosexuales y los pervertidos sexuales,


Sí, es cierto, vivimos en este mundo, pero nunca actuamos como el mundo para ganar nuestras batallas.


Así, después de haber perdido la vergüenza, se han entregado sin freno alguno a cometer toda clase de inmoralidades. A pesar de que hacen cuanta maldad les viene en gana, nunca están satisfechos.


Sepan esto: Jamás tendrá parte en el reino de Cristo y de Dios el que sea inmoral, impuro o avaro (pues ser avaro es lo mismo que ser idólatra).


¡Hagan morir todo lo que viene de la naturaleza pecaminosa! Apártense de los pecados sexuales, las impurezas, las pasiones bajas y vergonzosas y del deseo de acumular más y más cosas, pues eso es idolatría.


Dios no nos ha llamado a vivir de manera impura, sino santa.


La gente amará sólo el dinero y se amará a sí misma; será orgullosa, jactanciosa, blasfema, desobediente a sus padres, ingrata e impía.


El líder es uno que supervisa la obra de Dios, y por eso debe ser irreprensible; no debe ser arrogante ni colérico, no debe ser dado a la bebida ni a las riñas, ni debe ganar dinero de manera deshonesta;


Todos deben respetar el matrimonio y ser fieles en sus relaciones matrimoniales, porque Dios juzgará a los adúlteros y a todos los que cometen inmoralidades sexuales.


Antes que nada, deseo recordarles que en los últimos días vendrán burladores que vivirán de acuerdo con sus malos deseos y se mofarán, diciendo:


Pero estos individuos hablan mal de lo que no conocen y, como las bestias, siguen sus instintos; y eso es lo que los destruye.


Estas personas son murmuradoras, nunca están satisfechas con nada; siguen siempre sus deseos egoístas y son tan arrogantes que cuando hablan bien de alguien es para sacarle algún beneficio.


«En los últimos tiempos vendrán burladores cuyo único propósito será deleitarse en cuanta perversidad pueda ocurrírseles».


Algunas personas perversas se han infiltrado entre ustedes y afirman que, como Dios es bueno, uno puede hacer lo que se le antoje, y de esa manera niegan a nuestro amo y Señor, Jesucristo. La condenación de ellos hace mucho tiempo está señalada.


Y lo despreciaron y se negaron a ofrecerle presentes. Pero Saúl los ignoró.


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