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2 Pedro 1:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

10 Así que, amados hermanos, puesto que Dios los ha llamado y escogido, procuren que esto eche raíces en ustedes, pues así nunca tropezarán ni caerán.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Así que, amados hermanos, esfuércense por comprobar si realmente forman parte de los que Dios ha llamado y elegido. Hagan estas cosas y nunca caerán.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Por lo tanto, hermanos, esfuércense por confirmar el llamado de Dios que los ha elegido. Si obran así, no decaerán,

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Por lo cual hermanos, procurad aún hacer más firme vuestro llamamiento y elección, porque haciendo estas cosas, no tropezaréis° jamás.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Por eso, hermanos, poned más empeño todavía en consolidar vuestra vocación y elección; que, haciendo esto, jamás tropezaréis.

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2 Pedro 1:10
31 Tagairtí Cros  

Esas personas no serán derrotadas por las perversas circunstancias. Los justos serán para siempre recordados.


No permitirá que resbales y caigas; jamás duerme el que te cuida.


que no cobra intereses sobre el dinero que presta y se niega a ser testigo contra el inocente por mucho que se le quiera sobornar. Una persona así permanecerá siempre firme.


Si se tropiezan, no caen, porque el Señor los sostiene con su mano.


Sí; sólo él es mi roca y mi salvación; él es mi refugio. ¡Jamás habré de caer!


Sí, sólo él es mi roca, y mi salvación; él es mi refugio. ¡Jamás habré de caer!


Dios bendecirá a todo el que se abstenga de practicar el mal y al que rehúse trabajar los días sábado, es decir, los días de reposo obligatorio.


No te regocijes de mi derrota, enemiga mía, porque aunque caiga, me volveré a levantar. Porque aunque ahora vivan esta situación tan difícil que parece que atravieso un túnel oscuro, el Señor me sacará adelante hasta que vuelva a tener la situación bajo control. El Señor es para mí como luz en la noche oscura.


Porque muchos son los llamados, pero pocos los escogidos”».


Dios jamás retira sus dádivas ni se olvida de aquellos a quienes ha elegido.


Pero la verdad de Dios es un cimiento que se mantiene firme y sólido, y tiene esta inscripción: «El Señor conoce a los que son suyos, y el que adora al Señor debe apartarse del mal».


Pero anhelamos que cada uno siga con el mismo entusiasmo hasta el fin, para que puedan obtener lo que esperan.


Esta esperanza es como un ancla firme y segura para nuestra alma y penetra hasta la presencia misma de Dios.


El que obedece toda la ley pero falla en un solo punto, es culpable de haberla desobedecido toda.


A su regreso le dijeron a Josué: «Es una ciudad pequeña y bastará con dos o tres mil hombres para destruirla; no es necesario que vayamos todos nosotros a tomarla».


que tengan gracia y paz en abundancia. Dios el Padre los eligió de acuerdo con su propósito y por medio del Espíritu los ha santificado, para que obedezcan a Jesucristo y sean salvados por su sangre.


a quienes Dios protege con su poder por la fe, hasta que llegue la salvación que se dará a conocer en lo últimos tiempos.


Dios en su gran poder nos ha concedido lo que necesitamos para llevar una vida piadosa. ¡Lo hizo cuando conocimos a Aquel que nos llamó por su propia gloria y excelencia!


Por eso, deben esforzarse para añadir a su fe una buena conducta; a la buena conducta, el entendimiento;


Por eso, amados hermanos, mientras esperan ustedes el cumplimiento de estas cosas, traten de vivir sin pecado y procuren vivir en paz con Dios.


Así que ustedes, amados hermanos, puesto que ya están apercibidos, manténganse alerta, no sea que se dejen confundir y desviar por esos perversos individuos, y pierdan su firmeza y caigan.


Y ahora, que la gloria, la majestad, el imperio y la potencia sean eternamente del único Dios, Salvador nuestro por medio de Jesucristo, quien tiene poder para conservarlos sin caída y, con gran alegría, presentarlos sin tacha ante su gloriosa presencia. Amén.


»Benditos los que lavan su ropa para tener derecho a entrar por la puerta de la ciudad y comer el fruto del árbol de la vida.


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