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2 Crónicas 7:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

3 Cuando los israelitas vieron que el fuego caía y que la gloria del Señor llenaba su templo, se arrodillaron hasta tocar el piso con la frente y adoraron al Señor, diciendo: «¡El Señor es bueno, y su amor y bondad son para siempre!».

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Biblia Reina Valera 1960

3 Cuando vieron todos los hijos de Israel descender el fuego y la gloria de Jehová sobre la casa, se postraron sobre sus rostros en el pavimento y adoraron, y alabaron a Jehová, diciendo: Porque él es bueno, y su misericordia es para siempre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Cuando todos los israelitas vieron que el fuego descendía y que la gloriosa presencia del Señor llenaba el templo, cayeron postrados rostro en tierra y adoraron y alabaron al Señor diciendo: «¡Él es bueno! ¡Su fiel amor perdura para siempre!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Entonces todos los hijos de Israel, viendo descender el fuego y la Gloria de Yavé sobre la Casa, se postraron sobre el pavimento, adoraron y alabaron a Yavé: 'Porque es bueno, porque es eterno su amor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y todos los hijos de Israel, al ver descender el fuego y la gloria de YHVH sobre la Casa, se inclinaron rostro a tierra sobre el pavimento, y postrándose, dieron gracias a YHVH, diciendo: ¡Porque Él es bueno, porque para siempre es su misericordia!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Y todos los israelitas, al ver bajar el fuego y la gloria de Yahveh sobre el templo, se postraron rostro en tierra sobre el pavimento y adoraron y alabaron a Yahveh: 'Porque es bueno, porque es eterna su misericordia'.

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2 Crónicas 7:3
26 Tagairtí Cros  

Y cuando los que estaban allí vieron esto, se inclinaron con sus rostros en tierra, gritando: ―¡El Señor es Dios! ¡El Señor es Dios!


»Den gracias al Señor, porque él es bueno; su amor y su bondad continúan para siempre.


David había designado también a Hemán, Jedutún y a varios otros, que había elegido por nombre, para que cantaran al Señor el coro: «Su gran amor es eterno».


Entonces David se dirigió a todo el pueblo y le dijo: «¡Alaben al Señor su Dios!». Ellos lo hicieron así, inclinándose a tierra delante del Señor y del rey.


Entonces el rey Josafat cayó en tierra, con el rostro contra el suelo, y todo el pueblo de Judá y de Jerusalén hizo lo mismo, y adoraron al Señor.


Después de consultar con los jefes del pueblo, determinó que un coro abriera la marcha, luciendo sus vestidos sagrados. Irían alabando y dando gracias al Señor y cantando la canción: «Den gracias al Señor, porque su amor y bondad son para siempre».


Todo el pueblo permaneció de rodillas hasta que se terminó de presentar los sacrificios, mientras que los cantores elevaban sus cánticos y los sacerdotes tocaban sus trompetas.


Después el rey y sus asistentes se inclinaron delante del Señor para adorarlo.


Entonces el rey Ezequías ordenó a los levitas que cantaran algunos salmos de David y del profeta Asaf delante del Señor, lo que ellos hicieron con todo gozo, e inclinaron su cabeza y adoraron.


los trompetistas y los cantores comenzaron a alabar y a dar gracias al Señor, acompañados de trompetas, címbalos y demás instrumentos musicales. Y cuando entonaron a una voz el coro: «Den gracias al Señor, porque él es bueno, y su amor y su bondad son para siempre», una nube cubrió el templo del Señor. Debido a esta nube, los sacerdotes no pudieron continuar la ceremonia.


Cantaban y alababan a Dios dando gracias, y entonaban esta canción: «Dios es bueno, porque para siempre es su misericordia con Israel». Entonces todo el pueblo gritó con gran júbilo y alabó al Señor, porque se habían echado los cimientos del templo.


Porque el Señor es bueno. Y su gran amor es eterno; su fidelidad está con nosotros para siempre.


Pero el amor del Señor permanece para siempre con aquellos que le temen. Su salvación está con los hijos de sus hijos,


¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! ¡Qué bueno eres! Tu amor hacia nosotros es eterno.


Den gracias al Señor, porque él es bueno, su gran amor durará por siempre.


Den gracias al Señor, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre.


Vamos, arrodillémonos ante el Señor nuestro hacedor,


Los ancianos creyeron que el Señor los había enviado. Y cuando supieron que el Señor los había visitado, que había visto sus sufrimientos y había decidido rescatarlos, se regocijaron, se arrodillaron y lo adoraron.


De la amorosa bondad de Dios hablaré. Lo elogiaré por todo lo que ha hecho; me regocijaré por su gran bondad para con Israel, otorgada según su misericordia y amor.


Entonces descendió fuego de la presencia del Señor, que consumió la ofrenda y la grasa que había sobre el altar. Cuando el pueblo vio esto, dio gritos de júbilo y adoró al Señor.


Entonces Moisés y Aarón se postraron en tierra delante del pueblo de Israel;


Pero Moisés y Aarón se postraron en tierra, delante del Señor: ―Oh Dios, Dios de toda la humanidad, ¿has de enojarte con toda el pueblo cuando es un solo hombre el que ha pecado?


Él siempre tiene misericordia de todos los que le honran.


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