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2 Crónicas 30:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

12 Pero Dios puso en la gente de todo Judá el fuerte deseo de obedecer las órdenes del Señor, que recibían a través del rey y de las autoridades.

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Biblia Reina Valera 1960

12 En Judá también estuvo la mano de Dios para darles un solo corazón para cumplir el mensaje del rey y de los príncipes, conforme a la palabra de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Al mismo tiempo, la mano de Dios estaba sobre la gente en la tierra de Judá, y les dio un solo corazón para obedecer las órdenes del rey y de sus funcionarios, quienes seguían la palabra del Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 También en Judá se dejó sentir la mano de Dios que les dio un mismo corazón para cumplir el mandato del rey y de los jefes, según la palabra de Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 También en Judá estuvo la mano de Dios para darles un corazón para cumplir el mandato del rey y de las autoridades, según la palabra de YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 También en Judá se dejó sentir la mano de Dios, que les dio unanimidad de corazón para cumplir la orden del rey y de los jefes, conforme a la palabra de Yahveh.

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2 Crónicas 30:12
19 Tagairtí Cros  

Estos convocaron a sus hermanos levitas, los santificaron y comenzaron a limpiar y a santificar el templo, según el mandato del Señor, que el rey les había dado.


El rey Ezequías colocó a los levitas en el templo para que se encargaran de tocar los címbalos, las arpas y las liras. Esto se hizo según las órdenes de David y de los profetas Gad y Natán (que habían recibido sus instrucciones de parte del Señor). Los levitas ocuparon sus puestos con los instrumentos musicales de David, y los sacerdotes con las trompetas.


Ezequías y todo el pueblo estaban muy felices, porque el Señor les permitió prepararse rápidamente para este acto.


Salomón no se desvió en ningún sentido de las instrucciones de David, en cuanto a dichos nombramientos y con el personal de tesorería.


«Bendito sea el Señor, Dios de nuestros antepasados, que colocó en el corazón del rey el deseo de embellecer el templo del Señor en Jerusalén.


Cuando vayas a la guerra, tu pueblo te apoyará gustoso; tu traje de guerra será un traje de gala, y tu fuerza se renovará día tras día como el rocío de la mañana.


Les daré un corazón que esté en sintonía con mi voluntad. Serán mi pueblo y yo seré su Dios, porque con gran alegría volverán a mí.


Y les daré corazón y mente dispuestos para honrarme y respetarme por siempre, por su propio bien y por el de todos sus descendientes.


¡Y les daré un corazón nuevo, les daré intenciones nuevas y rectas, y pondré un espíritu nuevo en ustedes! ¡Les quitaré sus corazones de piedra, tercos e insensibles, y les daré nuevos corazones, llenos de amor y buenas intenciones!


Ante ello, Pedro y Juan respondieron: ―Dígannos, ¿preferirá Dios que los obedezcamos a ustedes antes que a él?


No porque creamos que por nosotros mismos podemos hacer las cosas. Dios es la fuente de nuestro poder.


No añadan otras leyes ni quiten ninguna de las que ahora les doy. Pónganlas en práctica, porque se las ha dado el Señor su Dios.


porque es Dios el que les da a ustedes el deseo de cumplir su voluntad y de que la lleven a cabo.


Ustedes saben cuáles son las instrucciones que les dimos de parte del Señor Jesús.


El Dios que da la paz levantó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran Pastor de las ovejas, por medio de la sangre del pacto eterno.


Que él los capacite en todo lo bueno para que hagan su voluntad; y que, por medio de Jesucristo, Dios haga en nosotros lo que le agrada. Que Jesucristo reciba la gloria por siempre. Amén.


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