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2 Crónicas 30:11 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

11 Sin embargo, de las tribus de Aser, Manasés y Zabulón algunos se arrepintieron y vinieron a Jerusalén.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Con todo eso, algunos hombres de Aser, de Manasés y de Zabulón se humillaron, y vinieron a Jerusalén.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Sin embargo, algunos habitantes de Aser, Manasés y Zabulón se humillaron y fueron a Jerusalén.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 por el país de Efraím y de Manasés llegando hasta Zabulón. Pero se reían y se burlaban de ellos. Sin embargo, hombres de Aser, Manasés y Zabulón hicieron penitencia y vinieron a Jerusalén.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Sin embargo, algunos de los de Aser, y de Manasés y de Zabulón se humillaron y fueron a Jerusalem.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Sin embargo, algunos de Aser, de Manasés y de Zabulón aceptaron dócilmente la invitación y vinieron a Jerusalén.

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2 Crónicas 30:11
19 Tagairtí Cros  

Posteriormente llegaron a Jerusalén algunas familias de las tribus de Judá, Benjamín, Efraín, y Manasés.


También el verdadero pueblo de Dios, de todas partes de Israel, comenzó a trasladarse a Jerusalén, pues allí podían adorar libremente al Señor, Dios de sus padres, y ofrecerle sacrificios.


Cuando el rey mismo se humilló, el Señor dejó a un lado su enojo, y no lo destruyó por completo, pues aun quedaba algo bueno en Judá.


El pueblo de Israel, pues, celebró la fiesta de los Panes sin levadura en Jerusalén durante siete días con gran gozo, en tanto que los sacerdotes y levitas alababan al Señor con música y címbalos cada día.


El pueblo de Judá se llenó de profundo gozo, junto con los sacerdotes, los levitas, los extranjeros y los visitantes de Israel.


Allí, finalmente, él se dio cuenta de lo que había hecho, y se humilló por completo ante Dios, y le imploró ayuda.


Su oración y la forma en que Dios le respondió, y un relato franco de sus pecados y errores, incluyendo una lista de las localidades donde edificó altares en las colinas y puso imágenes de la diosa Aserá e imágenes esculpidas (desde luego, antes de su gran arrepentimiento), están escritos en el libro de los profetas.


Pero no se arrepintió, como sí lo hizo su padre, sino que cada vez su maldad era peor.


Moisés y Aarón pidieron otra audiencia al faraón y le dijeron: ―El Señor, Dios de los hebreos, pregunta: “¿Hasta cuando te negarás a someterte a mí? Deja que mi pueblo vaya y me adore.


»¡Y usted, su sucesor, oh Belsasar, sabía todo esto, y sin embargo no ha sido humilde!


Todo el que se engrandece a sí mismo será humillado; y al que se humilla Dios lo ensalzará.


»Les aseguro que este, y no el fariseo, regresó a su casa habiendo sido perdonado por Dios. Porque el que se engrandece a sí mismo será humillado, y el que se humilla será engrandecido».


Sin embargo, algunos creyeron y se le unieron; por ejemplo, Dionisio, encargado del Areópago, y una mujer llamada Dámaris.


Humíllense delante del Señor, y él los pondrá en alto.


Humíllense bajo el poder de Dios, para que él los enaltezca cuando llegue el momento oportuno.


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