2 Crónicas 20:9 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 20089 con la esperanza de que en un tiempo como este, en que tuviéramos que enfrentarnos con alguna calamidad, enfermedad o hambre, podríamos venir aquí y estar delante de ti, porque tú moras en este templo, y clamar a ti, porque tú nos oirías y nos rescatarías. Féach an chaibidilTuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 19609 Si mal viniere sobre nosotros, o espada de castigo, o pestilencia, o hambre, nos presentaremos delante de esta casa, y delante de ti (porque tu nombre está en esta casa), y a causa de nuestras tribulaciones clamaremos a ti, y tú nos oirás y salvarás. Féach an chaibidilBiblia Nueva Traducción Viviente9 Ellos dijeron: “Cuando enfrentemos cualquier calamidad, ya sea guerra, plagas o hambre, podremos venir a este lugar para estar en tu presencia ante este templo donde se honra tu nombre. Podremos clamar a ti para que nos salves y tú nos oirás y nos rescatarás”. Féach an chaibidilBiblia Católica (Latinoamericana)9 Si viene sobre nosotros algún mal, espada, castigo, peste o hambre, nos presentaremos delante de esa Casa y delante de ti, porque tu Nombre reside en esta Casa. Clamaremos a ti en nuestra angustia, y tú oirás y nos salvarás. Féach an chaibidilLa Biblia Textual 3a Edicion9 Si nos sobreviene el mal, ya sea con espada, con peste o hambruna, nos congregaremos ante esta Casa y ante ti, porque tu Nombre está en esta Casa, y clamaremos a ti en nuestra aflicción, y Tú nos escucharás y nos salvarás.° Féach an chaibidilBiblia Serafín de Ausejo 19759 'Si nos sobreviniere alguna calamidad -espada, castigo, peste o hambre-, nos presentaremos ante este templo, ante tu presencia -pues tu nombre está en este templo-, te invocaremos en nuestra aflicción y tú nos oirás y nos salvarás'. Féach an chaibidil |
Mira favorablemente este templo día y noche, este lugar sagrado donde dijiste que pondrías tu nombre. Te ruego que oigas y contestes las oraciones que siempre elevaré a ti al estar frente a este lugar. Escucha mis oraciones y las de tu pueblo, Israel, siempre que oremos vueltos hacia este lugar de tu morada; sí, óyenos desde el cielo, y cuando escuches, danos el perdón.