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2 Crónicas 2:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

12 Bendito sea el Señor, Dios de Israel, que hizo los cielos y la tierra, y que ha dado a David un hijo tan sabio, inteligente y entendido para edificar el templo del Señor y un palacio real.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Además decía Hiram: Bendito sea Jehová el Dios de Israel, que hizo los cielos y la tierra, y que dio al rey David un hijo sabio, entendido, cuerdo y prudente, que edifique casa a Jehová, y casa para su reino.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 ¡Alaben al Señor, Dios de Israel, quien hizo los cielos y la tierra! Él le dio al rey David un hijo sabio, dotado de capacidad y entendimiento, quien construirá un templo para el Señor y un palacio real para sí mismo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Yo, pues, te mando un hombre hábil y entendido, a Hiram-Abi,

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Y añadió Huram:° ¡Bendito sea YHVH, Dios de Israel, que hizo los cielos y la tierra, que ha dado al rey David un hijo sabio, dotado de discreción y entendimiento,° que ha de construir una Casa para YHVH, y una casa para su reino!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Te envío, pues, ahora a Jurán Abí, hombre diestro y entendido,

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2 Crónicas 2:12
21 Tagairtí Cros  

Cuando Hiram recibió el mensaje de Salomón, se sintió muy complacido, y dijo: «Alabado sea el Señor, por haberle dado a David un hijo sabio para que sea rey de la gran nación de Israel».


Entonces David se dirigió a todo el pueblo y le dijo: «¡Alaben al Señor su Dios!». Ellos lo hicieron así, inclinándose a tierra delante del Señor y del rey.


Salomón decidió construir un templo para el Señor, y su propio palacio real.


»¡He procedido, pues, a enviarte nada menos que a Hiram Abí, mi famoso maestro en artesanía! Es un hombre brillante,


En tiempos pasados tú pusiste las bases de la tierra, e hiciste con tus manos los cielos.


Por causa de mis gemidos, se me pueden contar los huesos.


Nuestra ayuda viene del Señor que hizo el cielo y la tierra.


Bastó que hablara, y se formaron los cielos; que soplara para que se formaran todas las estrellas.


¡Pero el Señor es el único Dios verdadero, el Dios que está vivo y da vida, el Rey siempre poderoso! ¡Es tan poderoso que toda la tierra tiembla cuando él se enoja, el mundo prefiere esconderse cuando sabe que está enojado!


«Alabemos al Señor, Dios de Israel, porque ha venido a rescatar a su pueblo.


―¡Señores! ¿Qué están haciendo? ¡Nosotros somos seres humanos como cualquiera de ustedes! Hemos venido a traerles las buenas noticias de que deben dejar ya estas cosas que no sirven para nada, y que se vuelvan al Dios viviente que hizo los cielos, la tierra, el mar y cuanto en ellos existe.


Entonces los creyentes, unánimemente, oraron así: «Soberano Señor, creador del cielo, de la tierra, del mar y de cuanto en ellos existe:


¡Alabemos a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo!, porque su misericordia es grande y nos ha hecho nacer de nuevo por medio de la resurrección de Jesucristo. Esto fue así para que tengamos una esperanza viva


y juró por el que vive para siempre, Creador del cielo y de lo que en él existe, de la tierra y de lo que en ella existe, y del mar y de los seres que lo habitan, que ya no habría más demoras:


«Señor, eres digno de recibir la gloria, la honra y el poder, porque tú creaste el universo. Lo que existe, existe porque tú quisiste crearlo».


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