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2 Crónicas 18:9 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

9 Los dos reyes tenían puestas sus vestiduras reales y estaban sentados en sus tronos, en un lugar alto, a la entrada de Samaria. Todos los profetas estaban delante de ellos dando sus profecías.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Y el rey de Israel y Josafat rey de Judá estaban sentados cada uno en su trono, vestidos con sus ropas reales, en la plaza junto a la entrada de la puerta de Samaria, y todos los profetas profetizaban delante de ellos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 El rey Acab de Israel y Josafat, rey de Judá, vestidos con sus vestiduras reales, estaban sentados en sus respectivos tronos en el campo de trillar que está cerca de la puerta de Samaria. Todos los profetas de Acab profetizaban allí, delante de ellos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, estaban sentados cada cual en su trono, vestidos de gala, en el terreno que hay a la entrada de la puerta de Samaria, mientras que todos los profetas profetizaban delante de ellos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Y el rey de Israel y Josafat, rey de Judá estaban sentados cada uno en su trono, vestidos con atavíos reales, y sentados en una plazoleta a la entrada de la puerta de Samaria, y todos los profetas profetizaban ante ellos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, estaban sentados cada uno en su trono, con vestiduras reales, en la era que hay a la entrada de la puerta de Samaría, mientras todos los profetas, delante de ellos, se entregaban a sus trances proféticos.

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2 Crónicas 18:9
12 Tagairtí Cros  

Uno de ellos, llamado Sedequías, hijo de Quenaná, se hizo algunos cuernos de hierro para esta ocasión y proclamó: «¡El Señor dice que ustedes acornearán a los sirios hasta acabar con ellos!


El rey de Israel dijo a Josafat: ―Me disfrazaré para que nadie pueda reconocerme, pero tú vístete con los trajes reales. Y así lo hicieron.


El rey de Israel llamó, pues, a uno de sus ayudantes, y le ordenó que fuera con toda prisa a llamar a Micaías hijo de Imlá.


Los moradores del infierno se apiñan para recibirte cuando entras en su dominio. Caudillos de todo el mundo y los más poderosos reyes, muertos hace mucho, están allí para verte.


Entonces todos los soberanos de los puertos de mar descenderán de sus tronos y se quitarán sus hermosas vestimentas y se sentarán sobre el suelo temblando de miedo por lo que han visto, asombrados y atónitos por lo que te ha sucedido.


»Estaba observando, cuando de pronto, fueron puestos tronos y un Anciano cargado de años se sentó para juzgar. Su vestidura era blanca como la nieve, su cabello como la más blanca lana. Se sentó sobre un trono envuelto en llamas con ruedas de fuego ardiente, y


¿o acaso a un hombre vestido de príncipe? ¡Estos se encuentran en los palacios reales!


Y Jesús le respondió: ―Cuando yo, el Hijo del hombre, me siente en mi trono de gloria, ustedes, mis discípulos, se sentarán en doce tronos a juzgar a las doce tribus de Israel.


y ni aun Salomón con todo su esplendor se vistió jamás con tanta belleza.


Booz fue hasta la puerta de la ciudad y se sentó. En eso pasó por allí el pariente que había mencionado y lo llamó. ―Oye, ven acá. Siéntate y hablaremos un momento. Se sentaron.


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