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2 Crónicas 13:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

7 Pero se le unió una cuadrilla de bandidos, y se rebelaron contra Roboán hijo de Salomón, por cuanto era joven y cobarde, y no pudo oponerles resistencia.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

7 Y se juntaron con él hombres vanos y perversos, y pudieron más que Roboam hijo de Salomón, porque Roboam era joven y pusilánime, y no se defendió de ellos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Luego se le unió toda una banda de sinvergüenzas, quienes desafiaron a Roboam, hijo de Salomón, cuando todavía era joven y sin experiencia y no podía hacerles frente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Se juntaron con él unos hombres vanos y malvados y se opusieron a Roboam, hijo de Salomón, de manera que Roboam, que era joven y sin experiencia, no los resistió.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Y se juntaron con él hombres ociosos,° hijos de Belial, y se impusieron sobre Roboam ben Salomón cuando Roboam era joven y apocado, y no podía hacerles frente.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Y se le unieron hombres vanos y perversos, que se hicieron fuertes contra Roboán, hijo de Salomón, porque Roboán era joven y de poco carácter, que no tuvo valor para hacerles frente.

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2 Crónicas 13:7
20 Tagairtí Cros  

A pesar de que he sido nombrado como rey, nada pude hacer para evitar que los hijos de Sarvia asesinaran a Abner. ¡Que el Señor le dé su castigo a quien cometió tal maldad!».


y busquen a dos personas que lo acusen de haber blasfemado contra Dios y de haber maldecido al rey. Luego sáquenlo y mátenlo a pedradas».


Entonces dos hombres sin conciencia lo acusaron de haber maldecido a Dios y al rey. Entonces Nabot fue arrastrado a las afueras de la ciudad, donde lo apedrearon hasta darle muerte.


Cuando el pueblo oyó aquello, exclamó airado: ―¡Olvidémonos de David y de su dinastía! ¡Nos buscaremos otro rey! ¡Que Roboán gobierne a su propia tribu de Judá! ¡Regresemos a nuestras casas!— Y así lo hicieron.


Roboán logró afirmarse en el poder, y reinó diecisiete años en Jerusalén, la ciudad que Dios había escogido como su residencia de entre todas las otras ciudades de Israel. Había ascendido al trono a los cuarenta y un años de edad, y el nombre de su madre era Noamá, que era amonita.


Estos hijos suyos también resultaron necios, hijos sin nombre, proscritos de la civilización.


No me junto con los mentirosos, ni ando con los hipócritas.


El que trabaja su tierra tendrá abundante comida, pero el que vive soñando no es inteligente.


El que trabaja su tierra tendrá comida en abundancia; el que pierde el tiempo tendrá pobreza en abundancia.


¡Ay de la nación que tiene por rey a un niño y cuyos dirigentes están embriagados desde la mañana! Dichosa la nación cuyo rey es un noble, y cuyos dirigentes trabajan empeñosamente antes de andar en fiestas y en bebidas, a no ser para fortalecerse para sus tareas.


Los reyes de Israel serán como niñitos y gobernarán infantilmente.


Pero los judíos, celosos, anduvieron incitando a individuos ociosos de la peor calaña. Se formó así una turba que se dirigió a casa de Jasón, pues querían llevar a Pablo y a Silas ante el consejo municipal para que los castigaran.


Amados hermanos, no sean niños en cuanto a la comprensión de estas cosas. Sean niños en lo que a malicia se refiere, pero maduros en asuntos como estos.


porque hay muchos que son rebeldes, especialmente entre los que dicen que uno debe circuncidarse. Estos son también habladores y engañadores.


Después de tanto tiempo, ya debían poder enseñar a otros; sin embargo, hay necesidad de enseñarles de nuevo hasta los más sencillos principios de la Palabra de Dios. Se han debilitado tanto que, como niños, tienen que tomar sólo leche en vez de alimentos sólidos.


Jefté huyó de la casa de su padre y vivió en la tierra de Tob. Pronto se unió a él una banda de gente miserable, que lo siguieron y vivían como bandidos.


Le dieron a Abimélec setenta monedas de plata de las ofrendas del templo de Baal Berit, y con ellas contrató a un grupo de vagabundos y ociosos, que aceptaron hacer cualquier cosa que él les dijera.


Y pronto comenzaron a llegar otros también: los que tenían algún tipo de problema o deudas, o los que simplemente estaban descontentos, hasta que David se encontró al frente de unos cuatrocientos hombres.


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