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2 Corintios 6:16 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

16 Y ¿qué unión puede existir entre el templo de Dios y los ídolos? Porque nosotros somos el templo del Dios viviente. Como el Señor dijo: «Viviré con ellos y caminaré entre ellos, y seré su Dios y ellos serán mi pueblo».

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Biblia Reina Valera 1960

16 ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Dios, Y ellos serán mi pueblo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 ¿Y qué clase de unión puede haber entre el templo de Dios y los ídolos? Pues nosotros somos el templo del Dios viviente. Como dijo Dios: «Viviré en ellos y caminaré entre ellos. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 ¿Qué tiene que ver el Templo de Dios con los ídolos? Nosotros somos el Templo del Dios vivo. Dios lo dijo: Habitaré y viviré en medio de ellos; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 ¿Y qué acuerdo entre el santuario de Dios y el de los ídolos? Porque nosotros somos° santuario del Dios viviente,° como dijo Dios: Habitaré entre ellos y entre ellos andaré; Y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 ¿Qué compatibilidad entre el templo de Dios y los ídolos? Porque nosotros somos templo de Dios vivo, como lo dijo Dios: Habitaré y caminaré en medio de ellos; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.

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2 Corintios 6:16
60 Tagairtí Cros  

Una vez allí, Elías les dijo: ―¿Hasta cuándo estarán ustedes vacilando entre dos opiniones? —le preguntó al pueblo—. ¡Si el Señor es Dios, síganlo; pero si Baal es Dios, sigan a Baal!


¡Señor, tú has sido nuestro refugio en todas las generaciones!


»No tendrás otros dioses además de mí.


»Obedezcan todas estas cosas, y recuerden que no deben ni siquiera mencionar el nombre de otro dios.


Quiero que el pueblo de Israel me haga un santuario donde pueda habitar en medio de ellos.


Viviré en medio del pueblo de Israel y seré su Dios,


No deben adorar otros dioses sino solamente a mí, porque yo, el Señor, soy un Dios celoso, que exige lealtad absoluta y devoción exclusiva.


Les daré un corazón que esté en sintonía con mi voluntad. Serán mi pueblo y yo seré su Dios, porque con gran alegría volverán a mí.


En aquel tiempo, dice el Señor, todas las familias de Israel me reconocerán como su Señor; se comportarán como pueblo mío.


Este es el nuevo convenio que voy a celebrar con ellos: Grabaré mis instrucciones en el corazón de ellos, para que tengan la voluntad de honrarme; entonces serán verdaderamente pueblo mío y yo seré su Dios.


Y ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.


para que puedan seguir con gusto mis instrucciones y ser mi pueblo, y yo seré su Dios.


Entonces será como si yo hubiera esparcido agua limpia sobre ustedes, porque serán limpios; su inmundicia será lavada, y sus homenajes a los ídolos será cosa del pasado.


Y vivirán en Israel, la tierra que yo di a sus antepasados hace tanto tiempo. Y serán mi pueblo y yo seré su Dios.


El Señor me dijo: «Hombre mortal, este es el lugar de mi trono y el lugar donde se posa la planta de mis pies, donde yo permaneceré, viviendo en medio del pueblo de Israel para siempre. Ellos y sus reyes ya no más pondrán en entredicho mi intachable reputación por la traicionera devoción de otros dioses, o inclinándose ante los emblemas de sus reyes.


Ahora que arrojen lejos sus ídolos y emblemas levantados por sus reyes, y yo viviré en medio de ellos para siempre.


»¡Efraín, aléjate de esos ídolos! ¡Yo estoy vivo y soy fuerte! Yo te atiendo y te cuido. Yo soy como un árbol siempre verde, que te brindo mi fruto a través de todo el año. ¡Mis acciones misericordiosas hacia ti nunca faltan!».


»¡En aquel tiempo yo plantaré y cuidaré a Israel en la tierra sólo para mí! Me compadeceré de “la no compadecida” y le diré a Loamí: “Tú eres mi pueblo”, y él me responderá: “¡Tú eres mi Dios!”».


Caminaré en medio de ustedes y seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo.


Acabaré con todos los que se suben a los terrados para rendir homenaje al sol, la luna y las estrellas. Destruiré a todos los que me rinden homenaje a mí, pero al mismo tiempo rinden homenaje al dios Moloc.


A este tercio restante lo someteré a una dura prueba, será como hacerlo pasar por el fuego para purificarlo, así como se hace con el oro y la plata para refinarlos. Entonces se dirigirán a mí con oraciones fervientes y yo les pondré atención. Diré: “¡Este es mi pueblo!”, y ellos dirán: “El Señor es nuestro Dios”.


Yo los haré volver a su casa nuevamente, y ellos vivirán tranquilos en Jerusalén, y serán mi pueblo, y yo seré su Dios, un Dios justo y fiel».


―¡Tú eres el Cristo, el Mesías, el Hijo del Dios viviente! —respondió Simón Pedro.


»Nadie puede servir a dos amos. No puedes servir a Dios y al dinero, pues amarás a uno y odiarás al otro, o servirás a uno y despreciarás al otro.


Y les contó esta parábola: ―Nadie le corta un pedazo de tela a un vestido nuevo para remendar un vestido viejo. Si lo hace, echa a perder el vestido nuevo, y el retazo nuevo no se verá bien en el vestido viejo.


Jesús le contestó: ―El que me ama, obedece mi palabra. Por eso, Dios lo amará y vendremos a vivir con él.


El que come mi carne y bebe mi sangre vive unido a mí y yo vivo unido a él.


Y si el Espíritu de Dios que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, él mismo les dará vida a sus cuerpos mortales.


Pero ustedes no son así. Ustedes viven según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en ustedes. No es cristiano quien no tenga el Espíritu de Cristo.


Y añade que los paganos, a los cuales había dicho: «No eres mi pueblo», serían llamados «hijos del Dios viviente».


No se puede beber de la copa del Señor y también de la copa de los demonios. No se puede participar de la mesa del Señor y también de la mesa de los demonios.


¿No saben que el cuerpo es templo del Espíritu Santo, que Dios les dio, y que el Espíritu habita en ustedes? Ustedes no son sus propios dueños,


¡Y sobre qué firme cimiento están edificados! ¡Nada menos que el de los apóstoles y profetas, y con Cristo mismo como piedra angular!


Ustedes, pues, unidos a él, forman también parte de ese lugar en el que Dios mora por medio de su Espíritu.


Pido también que, por medio de la fe, Cristo habite en sus corazones, y que ustedes echen raíces y se cimienten en el amor,


»No tendrás dioses ajenos delante de mí.


para que, si me tardo, sepas cómo hay que comportarse en la familia de Dios, que es la iglesia del Dios vivo, columna y sostén de la verdad.


Guarda bien la preciosa enseñanza que Dios te dio, mediante el Espíritu Santo que mora en nosotros.


En cambio, Cristo es fiel como Hijo sobre la casa de Dios. Y nosotros somos la casa de Dios si mantenemos hasta el fin nuestra entereza y la esperanza que nos hace sentir orgullosos.


Por eso, este es el pacto que haré con el pueblo de Israel después de aquellos días, —dice el Señor—: Escribiré mis leyes en su mente y en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.


¿No creen lo que la Escritura dice, que Dios ama grandemente al espíritu que puso para que habite en nosotros?


también ustedes son piedras vivas con las que se está edificando una casa espiritual. Así llegan a ser un sacerdocio santo, para que le ofrezcan a Dios sacrificios espirituales por medio de Jesucristo. Estos sacrificios a él le agradan.


Porque aunque nunca hemos visto a Dios, si nos amamos unos a otros Dios habita en nosotros, y su amor en nosotros crece cada día más.


Si alguien cree y confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios vive en él y él en Dios.


»Escríbele al ángel de la iglesia en Éfeso: El que anda en medio de los siete candeleros y el que tiene las siete estrellas en su mano derecha te manda este mensaje:


Oí entonces que una potente voz gritaba desde el trono: «La casa de Dios está ahora entre los seres humanos, y él vivirá con ellos. Ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos, y será su Dios.


El que salga vencedor heredará estas bendiciones y yo seré su Dios y él será mi hijo.


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