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1 Timoteo 6:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

1 Todos los que aún son esclavos deben reconocer que sus amos son dignos de respeto. Así evitarán que se hable mal del nombre de Dios y de nuestra doctrina.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Todos los que están bajo el yugo de esclavitud, tengan a sus amos por dignos de todo honor, para que no sea blasfemado el nombre de Dios y la doctrina.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Todos los esclavos deberían tener sumo respeto por sus amos para no avergonzar el nombre de Dios y su enseñanza.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Los que están bajo el yugo de la esclavitud procuren ser muy respetuosos con sus amos, no sea que las críticas recaigan sobre el nombre de Dios y su doctrina.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Todos los que están esclavos bajo yugo, consideren a sus propios amos dignos de todo honor, para que no sea difamado el nombre de Dios ni la doctrina.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Los que están sometidos al yugo de la esclavitud, tengan a sus amos por dignos de todo respeto, para que no se desacredite el nombre de Dios y la doctrina.

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1 Timoteo 6:1
35 Tagairtí Cros  

Entonces el ángel del Señor le dijo: ―Regresa adonde tu dueña, y obedécela.


Luego comenzó a orar: «Señor, Dios de mi amo Abraham, sé misericordioso con mi amo y ayúdame para cumplir el propósito de mi viaje.


Un día Abraham le dijo a su mayordomo, que era el más viejo de sus siervos: ―Coloca tu mano en mi entrepierna,


con la siguiente oración: «¡Alabado sea el Señor, Dios de mi amo Abraham, pues siempre ha sido tan bueno y leal con él! ¡Gracias por haberme guiado directamente a los familiares de mi amo!».


Pero le has dado a los enemigos del Señor la oportunidad de despreciarlo y blasfemar contra él. Por eso, el niño morirá.


Pero sus criados le dijeron: «Si el profeta le hubiera pedido que hiciera algo extraordinario, ¿no lo habría hecho? Debiera obedecerle, pues lo único que le ha dicho es que vaya y se lave, para que quede sano».


Y los levitas Jesúa, Cadmiel, Baní, Jasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petaías clamaron: «Pónganse de pie y adoren al Señor nuestro Dios, porque él vive desde la eternidad y hasta la eternidad. ¡Alaben su glorioso Nombre! Su gloria excede a cualquier bendición o alabanza.


Porque enojado estuve con mi pueblo Israel y comencé a castigarlos un poco permitiendo que cayeran en tus manos, oh Babilonia. Pero fuiste despiadada con ellos. Hasta a los ancianos obligaste a llevar pesadas cargas.


Y ahora ¿qué ocurre?, pregunta el Señor. ¿Por qué vuelve mi pueblo a estar cautivo y oprimido sin causa alguna? Quienes lo gobiernan se burlan de ellos, y me insultan día tras día.


¡Eso no es ayuno! El ayuno que a mí me agrada es que dejen de oprimir a quienes trabajan para ustedes y liberen a los que están esclavizados y que ¡acaben con toda injusticia!


Pero cuando estaban esparcidos entre las naciones, entonces ellos fueron una mancha sobre mi intachable fama porque las naciones decían: “¡Estos son el pueblo de Dios, y él no pudo protegerlos de la desgracia!”.


Yo limpiaré mi gran fama que ustedes han dañado, y la gente del mundo sabrá que yo soy el Señor. Yo seré honrado ante sus ojos al liberarlos del exilio entre ellos.


»El hijo respeta a su padre y el esclavo a su amo. Yo, el Señor Todopoderoso, sin embargo les pregunto a ustedes, sacerdotes, que no le dan ninguna importancia a mi gran fama: “Si soy su Padre, ¿por qué no me respetan? Si soy su Amo, ¿por qué no me tienen temor?”. »Pero ustedes aún se atreven a preguntar: “¿Cuándo hemos tenido en nada tu gran fama?”.


porque mi yugo es fácil de llevar y mi carga es ligera».


Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿a un profeta? Les aseguro que sí, y él es más que profeta:


Jesús les dijo a sus discípulos: ―No se pueden evitar los tropiezos, pero ¡ay de aquel que los causa!


Entonces le contaron cómo a Cornelio, oficial del ejército romano, hombre bueno y piadoso, de buena reputación entre los judíos, un ángel le había ordenado que mandara a buscar a Pedro para que le dijera lo que Dios quería de él.


Al irse el ángel, Cornelio llamó a dos de sus sirvientes y a un soldado piadoso miembro de su guardia personal.


¿Nos atreveremos a provocar a Dios, poniendo sobre los gentiles un yugo que ni nosotros ni nuestros padres hemos podido llevar?


No en vano está escrito: «El mundo ofende a Dios por culpa de ustedes».


No seamos piedra de tropiezo para nadie: ni para los judíos ni para los gentiles ni para la iglesia de Dios.


¡Cristo nos libertó para que vivamos en libertad! ¡Cuiden esa libertad y no se dejen someter de nuevo al yugo de la esclavitud!


El Señor enviará a tus enemigos en tu contra, y tendrás hambre y sed; y estarás desnudo y tendrás necesidad de todas las cosas. Sobre tu cuello será colocado un yugo de hierro, hasta que seas destruido.


Por eso, exhorto a las viudas jóvenes a que se casen de nuevo, que tengan hijos y que lleven bien su hogar. Así el enemigo no podrá hablar mal de ellas.


a ser prudentes y puras, a cuidar del hogar y a ser buenas y obedientes con sus esposos, para que nadie hable mal de la palabra de Dios.


Vivan entre los que no son creyentes de una manera ejemplar, para que aunque hablen mal de ustedes acusándolos de ser malvados, ellos vean las cosas buenas que ustedes hacen y alaben a Dios en el día en que él les pida cuentas a todos.


Pero háganlo con amabilidad y respeto, de tal forma que a ustedes les quede la conciencia limpia. Así, los que hablan mal de la buena conducta de ustedes como creyentes en Cristo, se avergonzarán de sus palabras.


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