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1 Tesalonicenses 1:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

1 Pablo, Silvano y Timoteo a la iglesia de los tesalonicenses, que está en Dios el Padre y en el Señor Jesucristo: Que el favor y la paz de Dios estén con ustedes.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Nosotros, Pablo, Silas y Timoteo, escribimos esta carta a la iglesia en Tesalónica, a ustedes que pertenecen a Dios Padre y al Señor Jesucristo. Que Dios les dé gracia y paz.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Pablo, Silvano y Timoteo, a la Iglesia de los tesalonicenses, congregada en Dios Padre y en Cristo Jesús el Señor: Permanezcan con ustedes la gracia y la paz.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses° en Dios Padre y en el Señor Jesús, el Mesías: Gracia a vosotros, y paz.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Pablo, Silvano y Timoteo a la iglesia de los tesalonicenses, fundada en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: gracia y paz a vosotros.

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1 Tesalonicenses 1:1
30 Tagairtí Cros  

Entonces los apóstoles, los ancianos y la congregación en pleno decidieron nombrar a personas que fueran con Pablo y Bernabé a Antioquía a dar a conocer la decisión. Escogieron a Judas (conocido también como Barsabás) y a Silas. Ambos tenían buen testimonio entre los hermanos.


Judas y Silas confirmarán personalmente lo que les escribimos.


mientras que Pablo escogió a Silas. Luego, los hermanos los encomendaron a la gracia del Señor, y Pablo partió hacia Siria y Cilicia para alentar a las iglesias.


A causa de esto, se desvanecieron las esperanzas de riqueza de los dueños de la esclava, por lo que tomaron a Pablo y lo llevaron ante los magistrados de la plaza pública.


Era ya media noche. Pablo y Silas todavía estaban orando y cantando himnos al Señor. Los demás prisioneros escuchaban.


Temblando de miedo, el carcelero ordenó que trajeran luz, corrió al calabozo y se puso de rodillas ante Pablo y Silas.


Los bereanos eran mucho más nobles que los tesalonicenses, y escucharon gustosos el mensaje. Todos los días examinaban las Escrituras para comprobar si lo que Pablo y Silas decían era cierto.


Después que Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, se dedicó por entero a predicar la palabra y a testificar entre los judíos que Jesús era el Mesías.


Pero decidió enviar a Timoteo y a Erasto a Macedonia, mientras él permanecía un poco más de tiempo en Asia.


Varios hombres lo acompañaron hasta Asia. Entre estos se encontraban Sópater hijo de Pirro; Aristarco y Segundo, de Tesalónica; Gayo de Derbe; Timoteo; y Tíquico y Trófimo de Asia.


a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jesús y llamados a ser un pueblo santo, junto con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro.


Pablo, apóstol de Jesucristo porque Dios así lo quiso, y nuestro hermano Timoteo, a la iglesia de Dios que está en Corinto y a todos los santos que están en toda la región de Acaya.


Timoteo, Silvano y yo les hemos hablado de Jesucristo, el Hijo de Dios. Pues bien, Jesucristo no es de los que dicen «sí» y luego dicen «no».


y los demás hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia.


Pero las iglesias de Judea todavía no me conocían personalmente.


Que el amor y la paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo reposen en ustedes.


Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los que están en Filipos y que, por estar unidos a Cristo Jesús, forman parte del pueblo santo de Dios; también a sus líderes y diáconos:


Pablo, apóstol de Jesucristo porque Dios así lo quiso, y el hermano Timoteo.


Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de Tesalónica, unida a Dios nuestro Padre y al Señor Jesucristo:


a Timoteo, mi verdadero hijo en la fe: Que Dios nuestro Padre y Cristo Jesús nuestro Señor te concedan su amor, misericordia y paz.


a Timoteo, mi amado hijo: Que Dios el Padre y Jesucristo nuestro Señor derramen en ti su gracia, su misericordia y su paz.


Quiero que sepan que nuestro hermano Timoteo ya ha sido puesto en libertad. Si llega pronto, iré con él a visitarlos.


Silvano, a quien considero un hermano fiel, me ha ayudado a escribir esta breve carta. Les escribo para aconsejarlos y para que estén seguros de que este es el verdadero amor de Dios. Manténganse firmes en ese amor.


La predicamos a ustedes para que junto con nosotros participen también de la comunión que disfrutamos con el Padre y con Jesucristo, su Hijo.


Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Jacobo,


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