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1 Samuel 4:13 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

13 Elí esperaba a la orilla del camino para tener noticias de la batalla, porque su corazón temblaba pensando en la seguridad del cofre de Dios. Cuando llegó el mensajero del frente de batalla y contó lo ocurrido, se oyó un gran clamor en toda la ciudad.

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Biblia Reina Valera 1960

13 y cuando llegó, he aquí que Elí estaba sentado en una silla vigilando junto al camino, porque su corazón estaba temblando por causa del arca de Dios. Llegado, pues, aquel hombre a la ciudad, y dadas las nuevas, toda la ciudad gritó.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Elí esperaba junto al camino para oír noticias de la batalla, pues estaba tan preocupado por la seguridad del arca de Dios que le temblaba el corazón. Cuando llegó el mensajero y contó lo que había sucedido, un clamor resonó por todo el pueblo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Cuando llegó, Helí estaba sentado en su sillón muy cerca del camino porque su corazón temblaba por el arca de Dios. Cuando el hombre llegó al pueblo llevando la noticia, surgió de allí una gran lamentación.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Y cuando llegó, he aquí Elí sentado en su sitial, atalayando junto al camino, porque su corazón temblaba a causa del Arca de Dios. Cuando aquel hombre llegó a la ciudad para informar, toda la ciudad dio gritos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Cuando llegó, Elí estaba sentado en una silla, junto al camino, en actitud vigilante, porque su corazón temblaba por el arca de Dios. Llegó, pues, el hombre para dar la noticia en la ciudad, y toda la ciudad se llenó de gritos.

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1 Samuel 4:13
9 Tagairtí Cros  

Señor, amo tu santuario en donde mora tu gloria.


Los de Aroer observan con ansiedad apostados junto al camino, y gritan a los que pasan huyendo de Moab: «¿Qué pasó allá?».


Porque cuando los cananeos y los demás pueblos cercanos lo oigan, nos rodearán, nos atacarán y nos exterminarán. Y cuando esto ocurra, ¿qué habrá de la honra que merece tu gran nombre?


Una tarde en Siló, después de la cena, Ana fue al santuario. Elí el sacerdote estaba sentado en el lugar acostumbrado junto a la entrada.


―¿A qué se debe todo ese bullicio?, preguntó Elí, que para entonces ya tenía noventa años y estaba ciego. Y el mensajero corrió a darle las noticias.


Cuando el mensajero mencionó el cofre, Elí cayó hacia atrás de su asiento que estaba junto a la puerta y se desnucó y murió, porque estaba viejo y gordo. Había juzgado a Israel durante cuarenta años.


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