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1 Samuel 2:25 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

25 el pecado ordinario recibe un fuerte castigo, pero ¿cuánto más los pecados que ustedes cometen contra el Señor?». Sin embargo, ellos no quisieron escuchar a su padre porque el Señor había resuelto que murieran.

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Biblia Reina Valera 1960

25 Si pecare el hombre contra el hombre, los jueces le juzgarán; mas si alguno pecare contra Jehová, ¿quién rogará por él? Pero ellos no oyeron la voz de su padre, porque Jehová había resuelto hacerlos morir.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Si alguien peca contra otra persona, Dios puede mediar por el culpable. Pero si alguien peca contra el Señor, ¿quién podrá interceder?». Sin embargo, los hijos de Elí no hicieron caso a su padre, porque el Señor ya había decidido quitarles la vida.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Si un hombre peca contra otro hombre, Dios hará de mediador, pero si uno peca contra Yavé, ¿quién intercederá por él?' Sin embargo no hicieron caso a los consejos de su padre, pues Yavé ya había decidido su perdición.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Si un hombre peca contra otro hombre, ’Elohim arbitrará; pero si alguno peca contra YHVH, ¿quién arbitrará por él? Pero ellos no escucharon la voz de su padre, pues YHVH había resuelto hacerlos morir.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Si uno peca contra otro, Dios lo juzgará, como árbitro que es; pero, si uno peca contra Yahveh, ¿quién puede interceder por él?'. Pero ellos no escucharon la voz de su padre, porque Yahveh quería matarlos.

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1 Samuel 2:25
25 Tagairtí Cros  

Esto le pareció muy malo a Dios, y lo mató también a él.


Pero Er era malo y Dios lo mató,


»Si un hombre es acusado de hacer un mal, y entonces, de pie aquí, delante de tu altar, jura que él no lo hizo,


óyelo en los cielos y haz lo que es justo; condénalo, si es culpable o justifícalo, si no lo es.


Así el rey rechazó las demandas del pueblo. (Dios lo hizo reaccionar de esa manera a fin de que se cumpliera lo que le había dicho a Jeroboán por intermedio de Ahías el silonita).


―¿Desde cuándo he pedido tu consejo? —lo interrumpió el rey—. ¡Cállate, si no quieres que te haga matar! El profeta se fue, pero antes le dijo lo siguiente: ―Sé que el Señor ha decidido destruirte, porque has adorado a esos ídolos y no has aceptado mi consejo.


Tú no quieres sacrificios ni ofrendas quemadas; si así fuera, con gusto lo haría.


Es contra ti, sólo contra ti, que he pecado, y he hecho lo malo ante tus ojos. Tu sentencia contra mí es justa y tu juicio irreprochable.


El hijo sabio acepta la corrección de su padre; el descarado no quiere escucharla.


El que abandona el camino de la justicia será castigado; el que aborrece la corrección morirá.


El hombre que rechaza la corrección será destruido de repente y sin remedio.


Tiempo de matar; Tiempo de sanar; Tiempo de destruir; Tiempo de reedificar;


»Pero si alguien deliberadamente comete un pecado, sea israelita o extranjero, está blasfemando contra el Señor y será cortado de en medio de su pueblo.


“Cuando tomen decisiones”, les dije; “no favorezcan a un hombre porque sea rico; sean justos con el grande y con el pequeño. No teman si a ellos no les agrada el fallo de ustedes, porque ustedes son jueces en el nombre de Dios. Los casos demasiado difíciles tráiganmelos a mí, y yo los resolveré”.


»Pero el rey Sijón se negó, porque el Señor nuestro Dios hizo que se endureciera, para poder destruir a Sijón con las manos de Israel como ahora ya lo ha hecho.


Hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los seres humanos, Jesucristo hombre.


Si después de haber conocido la verdad seguimos pecando, ya no queda ningún sacrificio por los pecados.


Lo único que nos queda es esperar con terror el juicio, el fuego ardiente con el que Dios destruirá a sus enemigos.


Por eso puede salvar para siempre a los que por medio de él se acercan a Dios, ya que vive para siempre y está pidiendo por ellos.


El Señor puso en los enemigos el deseo de pelear contra Israel en lugar de pedir la paz. Por eso los mataron sin misericordia, como el Señor se lo había ordenado a Moisés.


Por lo tanto, he jurado que los pecados de Elí y sus hijos no serán perdonados por sacrificios y ofrendas.


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