1 Samuel 17:20 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 200820 En la madrugada del día siguiente David dejó las ovejas con otro pastor y partió con los regalos. Llegó a las afueras del campamento en el momento en que el ejército de Israel salía en orden de batalla y lanzaba gritos de guerra. Féach an chaibidilTuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 196020 Se levantó, pues, David de mañana, y dejando las ovejas al cuidado de un guarda, se fue con su carga como Isaí le había mandado; y llegó al campamento cuando el ejército salía en orden de batalla, y daba el grito de combate. Féach an chaibidilBiblia Nueva Traducción Viviente20 Así que temprano a la mañana siguiente, David dejó las ovejas al cuidado de otro pastor y salió con los regalos, como Isaí le había indicado. Llegó al campamento justo cuando el ejército de Israel salía al campo de batalla dando gritos de guerra. Féach an chaibidilBiblia Católica (Latinoamericana)20 David se levantó de madrugada, dejó el rebaño encargado a un pastor, tomó su bolsa y se fue tal como Jesé se lo había ordenado. Cuando llegó, el ejército estaba dejando el campamento para tomar sus posiciones y lanzar el grito de guerra. Féach an chaibidilLa Biblia Textual 3a Edicion20 Y madrugó David a la mañana siguiente, y dejando el rebaño al cuidado de un pastor, cargó y partió, tal como Isaí le había mandado, y llegó al atrincheramiento en momentos en que el ejército estaba saliendo al frente y dando el grito de batalla. Féach an chaibidilBiblia Serafín de Ausejo 197520 David se levantó de madrugada, confió el ganado a un guarda y se puso en camino con su carga, como le había mandado Jesé. Llegó al campamento cuando el ejército salía del círculo en orden de batalla, dando gritos de guerra. Féach an chaibidil |
Una noche, David fue silenciosamente hasta el campamento de Saúl. El rey Saúl y el general Abner dormían rodeados por los soldados. ―¿Algún voluntario quiere ir conmigo? —preguntó David a Ajimélec, el hitita, y a Abisay, hermano de Joab e hijo de Sarvia. ―Yo iré contigo —respondió Abisay. David y Abisay, pues, fueron al campamento de Saúl y lo encontraron dormido, con la lanza clavada en el suelo, junto a su cabeza.