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1 Samuel 12:22 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

22 El Señor no abandonará a su pueblo escogido, porque ello deshonraría su gran nombre. Él los ha hecho una nación especial simplemente porque él lo ha querido.

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Biblia Reina Valera 1960

22 Pues Jehová no desamparará a su pueblo, por su grande nombre; porque Jehová ha querido haceros pueblo suyo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 El Señor no abandonará a su pueblo, porque eso traería deshonra a su gran nombre. Pues le agradó al Señor hacerlos su pueblo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Pero Yavé no abandonará a su pueblo porque sería desacreditar a su nombre, después de lo que ha hecho por su propio pueblo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Porque YHVH no abandonará a su pueblo, debido a su gran Nombre; pues YHVH ha querido haceros pueblo suyo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Y Yahveh por amor de su gran nombre, no abandonará a su pueblo pues ha querido hacer de vosotros su pueblo.

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1 Samuel 12:22
49 Tagairtí Cros  

Viviré en medio del pueblo de Israel y jamás lo abandonaré».


Que el Señor nuestro Dios esté con nosotros, como estuvo con nuestros padres; que jamás nos abandone.


Así que el Señor los libró por medio de Jeroboán II, pues aún no había decidido hacer desaparecer al pueblo de Israel.


Rechazaré aun a los pocos de mi pueblo que han quedado, y los entregaré como despojo y botín en manos de sus enemigos.


Luego David se dirigió a Salomón y le dijo: «Salomón, hijo mío, dedícate a conocer al Dios de tus padres; adóralo y sírvele con un corazón limpio y una correcta disposición, porque el Señor ve todo corazón, y entiende y conoce todo pensamiento. Si tú lo buscas, lo encontrarás; pero si tú lo abandonas, él te desechará por completo.


y le dio un mensaje para el rey Asá. Entonces Azarías fue a encontrar al rey Asá, y le dijo: «¡Escúchame, rey Asá! ¡Escuchen, Judá y Benjamín! ¡El Señor estará con ustedes, siempre y cuando ustedes estén con él! ¡Todas las veces que lo busquen, lo encontrarán! Pero si lo abandonan, él también los abandonará a ustedes.


Se negaron a obedecerte y, olvidando los milagros que hiciste con ellos, se rebelaron y eligieron un caudillo que los llevara de regreso a la esclavitud de Egipto. Pero tú nunca los abandonaste, porque eres un Dios que siempre está dispuesto a perdonar, pues eres un Dios compasivo y bueno. Eres un Dios lleno de amor y que no se enoja fácilmente.


Pero aun así Dios los salvó para honrar su nombre y mostrar su gran poder.


El Señor no abandonará a su pueblo; porque son su especial propiedad.


¿Quieres que los egipcios digan: “Dios los engañó y los hizo ir a las montañas para matarlos y borrarlos de la tierra”? Aparta tu ira y no le hagas eso a tu pueblo.


Por mi propia honra y en recuerdo de mi siervo David la defenderé».


Cuando los pobres y menesterosos busquen agua sin hallarla, y tengan la lengua reseca de sed, yo responderé cuando clamen a mí. Yo, el Dios de Israel, no los abandonaré jamás.


Al ciego Israel lo conducirá por sendas que nunca antes vio. Ante ellos hará resplandecer las tinieblas, y allanará y enderezará el camino que les espera, no los abandonará.


Yo, sí, sólo yo soy quien borra sus pecados por amor a mí mismo y nunca más los recordaré.


Vendrán todos los que me invocan como su Dios, pues para gloria mía los hice, yo los creé.


Pero por mí, por amor de mí mismo, los salvaré de mi ira y no los destruiré para que no digan sus dioses que me han vencido. No les permitiré que me arrebaten mi gloria.


¡Jamás! ¿Podrá la madre olvidar a su criaturita y no amar a su propio hijo? Pues aunque eso fuera posible, yo no los olvidaré.


Él dijo: Míos son, sin duda no volverán a serme desleales. Y él se convirtió en su Salvador,


¡No nos detestes, Señor, por amor de tu gran fama! ¡No te deshonres a ti y el sitio maravilloso donde habitas, rompiendo la promesa de bendecirnos!


¡Oh Señor, contra ti hemos cometido faltas gravísimas, pero ayúdanos por amor a tu propia magnífica fama!


¿No tienes poder para salvarnos? ¡Oh Señor, tú estás aquí en nuestro medio, y nosotros nos identificamos con tu nombre, como pueblo tuyo se nos conoce! ¡Oh Señor, no nos abandones ahora!


¿Por qué nos olvidas para siempre? ¿Por qué te ausentas por tanto tiempo?


»Pero de nuevo me contuve para poder proteger la fama de mi nombre, para que las naciones que me vieron sacarlos de Egipto no dijeran que los había destruido porque no los podía cuidar.


»Pero no lo hice, pues actué para proteger la fama de mi nombre, para que los egipcios no se burlaran del Dios de Israel, diciendo que no podía protegerlos del mal. Así que saqué a mi pueblo fuera de Egipto delante de los propios ojos de los egipcios y los conduje al desierto.


«Te he amado con amor profundo», dice el Señor. Pero preguntas: «¿De qué manera nos demuestras que nos amas?». Y el Señor responde: «Bien, recuerden que Esaú era el hermano mayor de Jacob, sin embargo yo preferí a Jacob sobre Esaú. Además, desolé las montañas y los campos de Esaú de tal manera que ahí sólo pudieron vivir los chacales del desierto».


Sí, Padre, porque así lo quisiste.


Ustedes no me escogieron a mí, sino que yo los escogí a ustedes, y los he mandado para que vayan y den fruto, un fruto que dure para siempre. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre.


Pregunto entonces: ¿Ha rechazado Dios a su pueblo? ¡De ninguna manera! Yo mismo soy israelita, descendiente de Abraham y miembro de la familia de Benjamín.


Dios jamás retira sus dádivas ni se olvida de aquellos a quienes ha elegido.


¿Qué los hace más importantes que los demás? ¿Qué tienes que Dios no te haya dado? Y si cuanto tienes te lo ha dado Dios, ¿por qué te las das de grande, como si hubieras logrado algo por esfuerzo propio?


Lo hizo porque desea que nosotros, que fuimos los primeros en esperar al Mesías, celebremos su gloria.


Esto fue para que le demos la gloria a Dios por la extraordinaria gracia que nos mostró por medio de su amado Hijo.


Ustedes pertenecen exclusivamente al Señor su Dios, y él los ha elegido para que sean su posesión única entre las demás naciones de la tierra.


Entonces se inflamará mi ira contra ellos y los abandonaré, esconderé mi rostro de ellos, y serán destruidos. Tendrán gran tribulación, de modo que ellos dirán un día: “El Señor ya no está entre nosotros”.


Sé fuerte. Sé valiente. No temas delante de ellos porque el Señor tu Dios estará contigo, no te dejará ni te abandonará».


No tengas miedo porque el Señor irá delante de ti y estará contigo. Él no te desamparará. No temas ni te desanimes».


Porque eres una nación santa, consagrada al Señor tu Dios. Él te ha elegido de entre todos los pueblos de la tierra para ser su pueblo escogido.


El Señor los expulsará de la tierra no por tu bondad o rectitud, sino debido a la impiedad de las otras naciones, y para cumplir la promesa que hizo a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob.


El que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día en que Jesucristo regrese. De esto estoy seguro.


No amen el dinero. Estén contentos con lo que tienen, porque Dios ha dicho: «Nunca te dejaré; jamás te abandonaré».


Porque cuando los cananeos y los demás pueblos cercanos lo oigan, nos rodearán, nos atacarán y nos exterminarán. Y cuando esto ocurra, ¿qué habrá de la honra que merece tu gran nombre?


Pero ustedes son una familia escogida, son sacerdotes reales y son una nación santa. Son un pueblo que Dios compró para que anuncien sus obras extraordinarias; él fue quien los llamó de las tinieblas a su luz maravillosa.


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