Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





1 Reyes 5:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

6 »Ahora te ruego que me ayudes en este proyecto. Envía tus hombres a las montañas del Líbano para que preparen madera de cedro para mí. Yo enviaré hombres para que trabajen junto con ellos, y pagaré a tus hombres lo que tú indiques; porque, como tú sabes, no hay en Israel quien sepa cortar la madera como lo hacen los sidonios».

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

6 Manda, pues, ahora, que me corten cedros del Líbano; y mis siervos estarán con los tuyos, y yo te daré por tus siervos el salario que tú dijeres; porque tú sabes bien que ninguno hay entre nosotros que sepa labrar madera como los sidonios.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

6 »En consecuencia, ordena, por favor, que se corten cedros del Líbano para mí. Permite que mis hombres trabajen junto a los tuyos, y yo pagaré a tus hombres el salario que tú pidas. Como bien sabes, ¡no hay nadie por aquí que sepa cortar la madera como ustedes, los sidonios!».

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

6-8 Salomón tenía cuatro mil establos para sus carros y sus doce mil caballos.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

6 Te ruego pues, ordena que talen cedros del Líbano para mí, y mis siervos estarán con tus siervos, y pagaré por tus siervos conforme me digas, porque tú sabes que no hay ninguno entre nosotros que conozca acerca de la tala de árboles como los sidonios.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Salomón tenía cuatro mil establos para los caballos de sus carros y doce mil caballos de montar.

Féach an chaibidil Cóip




1 Reyes 5:6
20 Tagairtí Cros  

Canaán fue el padre de Sidón, su hijo mayor, y de Het.


Salomón edificó un gran establo para sus caballos, en el cual metió un gran número de carros de guerra y caballos. Llegó a tener mil cuatrocientos carros y doce mil caballos, que mantenía en sus caballerizas y en Jerusalén.


Cuando Hiram recibió el mensaje de Salomón, se sintió muy complacido, y dijo: «Alabado sea el Señor, por haberle dado a David un hijo sabio para que sea rey de la gran nación de Israel».


El Lugar Santísimo, que estaba al fondo del templo, y medía nueve metros, también fue recubierto de madera de cedro, desde el piso hasta el techo.


Este santuario interior tenía nueve metros de largo, nueve de ancho y nueve de alto. Sus muros y el techo estaban recubiertos con oro puro. El altar de madera de cedro, que estaba frente al Lugar Santísimo, también fue recubierto de oro.


También edificó ciudades para almacenar alimentos, ciudades en las que guardaba sus carros de guerra, ciudades que sirvieron de habitación para sus jinetes y conductores de carros, y ciudades diversas cerca de Jerusalén, en la montaña del Líbano y en todo lugar de su dominio.


El rey Hiram le proporcionó navegantes experimentados para que acompañaran a las tripulaciones de Salomón. Fueron a Ofir, de donde regresaron con unos catorce mil kilos de oro para el rey Salomón.


Además, amontonaron la gran cantidad de madera de cedro que los hombres de Tiro y de Sidón le trajeron a David.


Salomón acrecentó el número de sus caballos y de sus carros de combate. Fue así como llegó a tener mil cuatrocientos carros y reclutó doce mil jinetes, los cuales mantenía en los lugares de acuartelamiento y en Jerusalén, cerca de él.


En cuanto al salario, mi propósito es pagar a tus hombres con veinte mil cargas de trigo, veinte mil cargas de cebada, veinte mil medidas de vino, y veinte mil medidas de aceite de oliva».


»Mándame, además, madera de cedro, ciprés y sándalo de los bosques del Líbano, por cuanto tus hombres son los mejores que hay para cortar estos árboles. Yo te enviaré trabajadores para que les ayuden.


Luego contrataron albañiles y carpinteros, y compraron madera de cedro de Tiro y Sidón, lo que pagaron con alimentos, vino y aceite de oliva. La madera de cedro la llevaban desde el Líbano y por el mar hasta Jope, tal como lo había ordenado el rey Ciro, de Persia.


La voz del Señor desgaja los cedros, despedaza los potentes cedros del Líbano.


Y yo dije a los jefes: «Si les parece bien, páguenme mi salario, lo que estimen conveniente, y si no, quédense con él». Entonces ellos me dieron como pago solamente treinta monedas de plata.


Nunca le paguen a nadie mal con mal. Al contrario, busquen hacerles el bien a todos.


Sin embargo, debido a su amor, Cristo nos ha dado a cada uno de nosotros dones diferentes.


No usará el cargo para aumentar sus posesiones de caballos, ni enviará sus hombres a Egipto para aumentar sus caballerizas porque el Señor te ha dicho: “No vuelvas a Egipto otra vez”.


Por último, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, todo lo que es respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es digno de admiración; piensen en todo lo que se reconoce como virtud o que merezca elogio.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí