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1 Reyes 21:13 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

13 Entonces dos hombres sin conciencia lo acusaron de haber maldecido a Dios y al rey. Entonces Nabot fue arrastrado a las afueras de la ciudad, donde lo apedrearon hasta darle muerte.

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Biblia Reina Valera 1960

13 Vinieron entonces dos hombres perversos, y se sentaron delante de él; y aquellos hombres perversos atestiguaron contra Nabot delante del pueblo, diciendo: Nabot ha blasfemado a Dios y al rey. Y lo llevaron fuera de la ciudad y lo apedrearon, y murió.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Luego llegaron los dos sinvergüenzas y se sentaron frente a él. Entonces acusaron a Nabot ante todos los presentes diciendo: «Este hombre maldijo a Dios y al rey». Entonces arrastraron a Nabot hasta sacarlo de la ciudad y lo mataron a pedradas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Entonces se presentaron dos malvados, se pusieron frente a Nabot para testimoniar contra él, y ante todo el pueblo dijeron: '¡Nabot maldijo a Dios y al rey!' Lo sacaron fuera de la ciudad y lo apedrearon. Y Nabot murió.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 y los dos hombres, hijos de Belial, entraron y se sentaron ante él, y estos hijos de Belial testificaron contra Nabot delante del pueblo, diciendo: ¡Nabot maldijo a ’Elohim y al rey! Y ellos lo sacaron fuera de la ciudad y lo lapidaron con piedras, hasta que murió.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Llegaron luego los dos hombres perversos, se sentaron frente a él y testificaron así contra Nabot delante del pueblo: 'Nabot ha maldecido a Dios y al rey'. Entonces lo sacaron fuera de la ciudad, lo apedrearon y murió.

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1 Reyes 21:13
38 Tagairtí Cros  

Luego avisaron a Jezabel que Nabot había muerto.


Eliseo estaba sentado en su casa, con los ancianos de Israel, cuando el rey lo mandó a buscar. Pero antes que llegara el mensajero, Eliseo dijo a los ancianos: ―Este asesino ha enviado a un hombre para que me corte la cabeza. Cuando él llegue, cierren la puerta y déjenlo afuera, porque su amo pronto vendrá tras él.


“Yo vengaré el asesinato de Nabot y de sus hijos en su misma propiedad”. ¡Así que arroja el cadáver en el campo de Nabot, como el Señor dijo!


Entonces los jefes se confabularon para matar a Zacarías. El mismo rey Joás ordenó que fuera ejecutado en el atrio del templo.


Pero quítale sus riquezas, ¡y ya verás cómo te maldice en tu propia cara!


Al terminar el ciclo de los banquetes, Job reunía a sus hijos y los santificaba; se levantaba muy de mañana y presentaba una ofrenda por cada uno de ellos. Porque pensaba: «Quizás mis hijos hayan pecado y en su corazón se hayan alejado de Dios». Estas cosas eran costumbre en Job.


Su esposa le reprochó: ―¿Persistes en tu vida piadosa viendo todo lo que Dios te ha hecho? ¡Maldícelo y muérete!


No dejes que me atrapen, Señor. ¡No permitas que yo caiga en sus manos! Porque me acusan de lo que jamás he cometido, y respiran contra mí violencia.


Estos malvados juran en falso. Me acusan de cosas que yo ignoro.


»No darás un testimonio falso en contra de tu prójimo.


El testigo corrupto se burla de la justicia, y de la boca del malvado brota maldad.


El testigo falso no se escapará del castigo, tampoco el mentiroso se librará.


El testigo falso no se escapará del castigo, y el mentiroso será destruido.


Calumniar a alguien es tan dañino como herirlo con un hacha, atravesarlo con la espada o clavarle una flecha aguda.


del testigo falso y del que causa división entre hermanos.


Jamás, ni de pensamiento, maldigas al rey; tampoco al rico, pues no faltará pajarito que se lo cuente.


Luego observé opresión y tristeza por toda la tierra: lloraban los oprimidos y nadie les ayudaba, mientras sus opresores contaban con poderosos aliados.


Mi pueblo será llevado cautivo, claudicante, fatigado y hambriento. Y llevados del hambre, en su desvarío sacudirán el puño contra el cielo y maldecirán a su rey y a su Dios.


Pero cuando Amasías, el sacerdote de Betel, oyó lo que Amós estaba anunciando, envió rápidamente un mensajero al rey Jeroboán con este mensaje: «Amós está incitando a los israelitas a que se rebelen contra usted. No podemos permitir que siga hablando con la gente del pueblo.


«Dentro de poco tiempo vendré y los juzgaré. Testificaré prontamente contra los hechiceros, contra los adúlteros, contra los mentirosos, contra los que roban a sus jornaleros, contra los que oprimen a las viudas y a los huérfanos, y contra los que son injustos con los extranjeros, sin tener temor de mí. Lo digo yo, el Señor Todopoderoso.


«¡Blasfemia!» —pensaron algunos de los maestros religiosos que lo oyeron.


Comenzaron a acusarlo, diciendo: ―Encontramos a este hombre alborotando a nuestra nación. Está en contra de que se paguen impuestos al emperador y asegura que él es el Cristo, el rey.


Desde ese momento Pilato trató de poner en libertad a Jesús, pero los judíos gritaban: ―Si dejas en libertad a ese hombre, no eres amigo del emperador. Cualquiera que quiera ser rey, es enemigo del emperador.


Hemos comprobado que este hombre es como una plaga pues anda por todas partes causando divisiones entre los judíos. Él es el cabecilla de una secta llamada los nazarenos.


contrataron a testigos falsos para que dijeran que lo habían escuchado blasfemar contra Moisés y aun contra Dios.


Será apedreado hasta la muerte porque trató de alejarte del Señor tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto, de la tierra de esclavitud.


Entonces los hombres de la ciudad lo apedrearán hasta darle muerte. De esta manera desarraigarás el mal de en medio de ti, y todos los jóvenes de Israel oirán lo ocurrido y tendrán temor.


los jueces la llevarán hasta la puerta de la casa de sus padres donde los hombres de la ciudad la apedrearán hasta darle muerte. Ha contaminado a Israel con el delito de andar como prostituta mientras vivía en la casa de sus padres; el mal debe ser quitado de en medio de tu pueblo.


ella y el hombre que la sedujo serán llevados fuera de las puertas y serán apedreados hasta que mueran: la muchacha porque no gritó pidiendo socorro, y el hombre porque ha violado la dignidad de la novia de otro hombre. De esta manera combatirás el delito en tu pueblo.


ni acusarás falsamente a tu prójimo.


Algunos fueron apedreados, cortados con una sierra por la mitad, asesinados con espada. Otros anduvieron fugitivos de un lugar a otro, vestidos con pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados.


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