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1 Reyes 17:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

6 Los cuervos le traían pan y comida cada mañana y cada tarde, y bebía del arroyo.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

6 Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Los cuervos le llevaban pan y carne por la mañana y por la noche, y él bebía del arroyo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 y los cuervos le traían pan en la mañana y carne en la tarde.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne al atardecer, y bebía del arroyo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Los cuervos le traían pan y carne por la mañana y por la tarde, y bebía del torrente.

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1 Reyes 17:6
25 Tagairtí Cros  

El anciano profeta salió, y encontró el cuerpo del profeta tirado en el camino, y el burro y el león estaban aún parados junto a él, porque el león no se había comido el cuerpo ni atacado al burro.


Elías hizo lo que el Señor le había dicho, y fue y acampó junto al arroyo.


Pero después de un tiempo, el arroyo se secó, porque no llovía en ningún lugar de la tierra.


Él miró y vio que había un pan cocido sobre piedras calientes, y un cántaro de agua. Entonces comió, bebió y se acostó nuevamente.


Entonces Elías se levantó, comió y bebió, y recobró suficientes fuerzas para viajar durante cuarenta días y cuarenta noches hasta el monte Horeb, el monte de Dios.


Pero los ojos del Señor observan a los que le temen y confían en su invariable amor.


Cuida de ellos en tiempos de estrechez; aun en la hambruna tendrán suficiente.


Pero confía en el Señor. Sé generoso y bueno; entonces vivirás y prosperarás aquí en la tierra.


Los israelitas comieron del maná durante cuarenta años, hasta que entraron en la tierra de Canaán, donde pudieron comer de lo que la tierra producía.


Las personas que sean así morarán en lo alto. Las rocas de los montes serán sus seguras fortalezas, obtendrán alimento y tendrán toda el agua que necesiten.


Entonces el rey Sedequías mandó que no volvieran a llevar a Jeremías al calabozo, sino que lo pusieran en la cárcel del palacio, y ordenó que le dieran cada día un pedazo de pan fresco mientras en la ciudad quedara qué comer. Así tuvieron a Jeremías en la cárcel del palacio.


Ahora voy a quitarte las cadenas y a dejarte ir. Si quieres venir conmigo a Babilonia, muy bien, yo me encargaré de que te atiendan bien. Pero si no deseas venir, quédate. Tienes la decisión; ve a donde quieras.


Entonces el Señor dijo a Moisés: ―¿Cuándo he sido débil? ¡Ahora verás que mi palabra se cumple!


Jesús los miró fijamente y les dijo: ―Humanamente hablando, nadie. Pero para Dios no hay imposibles.


Luego, Jesús les dijo a todos: ―Cuando los envié sin dinero ni bolsa ni sandalias, ¿les hizo falta algo? Respondieron: ―Nada.


De estas dos cosas que no pueden cambiarse y en las que es imposible que Dios mienta, recibimos un gran consuelo los que ahora acudimos a él en busca de su protección y confiados en la esperanza que nos ha dado.


Este era el enigma: «Del que come salió comida, y del fuerte salió dulzura». Tres días más tarde aún estaban ellos tratando de adivinarlo.


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